Línea Caliente.
Edgar Hernández.
 

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Covid-19, la verdad, como la mierda, flota
2021-01-28

¡Veracruz, tercer lugar en muertes; hay pánico! Hay quienes lo califican como un crimen de lesa humanidad mientras los menos  exigen  al  presidente  López  Obrador, sospechosamente  enfermo por  Covid-19,  rinda  cuentas  sobre  el  número de  muertes y  contagiados por la pandemia. Y  es  que  mientras  el  gobierno  de  la  República  sostiene  que  de  enero  a agosto  del  2020  fallecieron  75  mil  mexicanos  por  Covid-19,  para  el Instituto Nacional  de  Geografía y  Estadística la  realidad  es  que fueron 108  mil  658  personas las  fallecidas en  un  promedio  diario  de  452 afectados. Ello, ni más ni menos, representa el 44 por ciento más de muertes al que han venido dando las autoridades sanitarias. En tanto, la tierra que nos ocupa, Veracruz, está situada, según el INEGI, en  el tercer lugar  en fallecimientos  por  Covid-19  a  pesar  delos  números del  Secretario  de  Salud,  Roberto  Ramos  Alor, que  ahora  resulta son falsos. Según el INEGI, no son 7 mil 79 muertes sino 10 mil 193 los fallecidos en Veracruz con un promedio de contagios que alcanza a 70 mil personas y no 49 mil tal como reporta la Secretaría de Salud del estado. Todo  ello  sin  tomar  en  cuenta  el  rebrote  de  enero2021producto  de  la torpeza  gubernamental  al  anunciar  para  el  “Buen  fin”  y  las  fiestas decembrinas del  año  que  concluyó, “Semáforo  Verde”  sacando  a  las familias a los centros de compra a gastar su dinero, para que luego del 6  de  enero  regresarlas  al  “Semáforo Rojo” provocado   de   manera simultánea el cierre de82 ciudades “ante la gravedad de la pandemia” .Ello ha  provocado  en las  últimas  tres  semanas  situaciones  de  pánico  y encierro total de millares de familias parando en seco toda productividad. A la par el gobierno de Cuitláhuac García no sabe ni para donde hacerse. El  pasado  12  de  enero  llegaron a  Xalapa19  mil  500  vacunas  como banderazo  de  arranque  para  atender  a  7  millones  200  veracruzanos  que la requieren. Gran  fiesta  se  hizo  por  su  arribo de  la  medicina  salvadora que  de continuar en ese ritmo de entregas, ya que el propio gobernador ha dicho no  a  las  empresas  privadas  que  importen  la  vacuna,  concluirá  en  el año 2037. Muchos,  muchísimos  ya  no  viviremos  para contar la  si  no  por  contagio, por  muerte  natural  al  quedar  fuera  de  este  mundo  toda  una  generación de veracruzanos. Pero  así  se  las  gastan los  morenos con  sus  mentiras  repetidas  que  tanto daño han hecho a la ciudadanía. Y ni como desmentir al INEGI. Sus  datos,  que  refutan  a los  de  la  4T,se basan  en  certificados  y  actas  de defunción  mientras  que  los  de  la  Secretaría  de  Salud  están  limitados  o francamente sesgados para no alarmar. Subraya INEGI que  los  hospitales  privados  no  siempre  notifican  a  la Secretaría  de  Salud,  tampoco  se  cuantifican las  personas  atendidas  en domicilios por médicos privados y tampoco recaba datos de las entidades federativas,  como  Veracruz,  que  tiene  mecanismos  propios  que  rebasan las restricciones federales. Ante  esa  realidad  del  INEGI  se  corre  el  maquillaje  de  lo  que  la  opinión pública   ya   presumía   en   torno   a   la   veracidad   de   las   cifras   y   las declaraciones oficiales imprecisas y llenas de sospechas.


Las mentiras desde luego parten de la Presidencia de la República desde el  momento  en que  minimiza  la  pandemia  de  parte  de  López  Obrador, quien  hasta  que  cayó  enfermo  de  negarse a  usar  el  cubrebocas  e  insistir en los besos y abrazos y salir a la calle ya que “¡No pasa nada!”.  Acudió  a  los  fetiches  de  las  llamadas  estampitas  y amuletos  invitando  al pueblo de México a encomendarse a las fuerzas divinas como si se tratara de un capítulo de “La Rosa de Guadalupe”. "El  escudo  protector  es  la  honestidad.  Eso  es  lo  que  protege,  el  no permitir  la  corrupción",  dijo  en  su  conferencia  matutina.  Allá  por marzo  del  año  pasado, mientras  mostraba  dos  escapularios  con  la oración "Detente enemigo, el corazón de Jesús está conmigo". Hoy  estamos  viendo  las  consecuencias  de  la  escalada  enfermiza,  más que de coronavirus, de mentiras. No cabe duda que la verdad, como la mierda, siempre sale a flote. 


Tiempo al tiempo.


*El autor es Premio Nacional de Periodismo


 

 
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