Nadie lo sabe y tal vez ni siquiera ella misma, pero lo cierto es que pesó grandemente su excelente labor de los últimos años en la oficina que se encarga de preservar y defender los derechos humanos en Veracruz.
Hubo numerosos grupos organizados de la sociedad civil que se manifestaron en favor de que Namiko siguiera al frente. La Comisión se ha convertido en un baluarte para los oprimidos y para quienes sufren tratos injustos.
Con esas presiones para la administración estatal y tantos resultados positivos, muy probablemente alguien le hizo ver al Góber Cuitla que sería prácticamente imposible igualar -y ya no hablemos de mejorar- lo hecho en la CEDH veracruzana... y por esta esta vez cupo la cordura y dejaron que transitara esta aplaudida reelección.
Apenas nombrada de nueva cuenta en su puesto, Namiko Matsumoto se puso de inmediato a reorganizar la Comisión, con miras a los años que tiene por delante, y no es iluso pensar que mejorará el esfuerzo.
Debo confesar que dejé pasar uso días para hacer este comentario, a la espera temerosa de una posible marcha atrás ordenada desde alguna oficina oscura del Palacio de Gobierno, pero las semanas pasaron y ya podemos pensar con seguridad que la doctora egresada de la Universidad veracruzana está firme en su posición. Por esta vez, las jugadas de billar quedaron encerradas en el cajón de las ocurrencias.
Por cierto, y como un hecho anecdótico alrededor de la figura de la doctora Matsumoto Benítez y su relación con el Gobierno morrenista, ayer Namiko y parte de su equipo participaron en la marcha de las mujeres en Xalapa y fueron empujadas medio jaloneadas por la policía, sin que mediara razón alguna.
¿Será que hay alguien que no entiende que en política se pierde y se gana?
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