Varios de ellos, sin que necesariamente sepan sus jefes (aunque a veces sí tienen conocimiento), “cartean” a Salinas por diversas rutas para avisarle si algo trastoca o compromete cualquiera de sus intereses. El expresidente está incluso más vivo que en tiempos de Calderón o Peña Nieto.
“Salinas se sentiría muy satisfecho si alguno de sus exfuncionarios acabara agenciándose la candidatura de Morena al 2024”, me hacen saber quienes lo rodean. “Sería una manera de llegar al poder nuevamente, y quizá, la ventana perfecta para reaparecer (de manera evidente) en la vida política del país”.
Salinas le apuesta al gobierno de AMLO y a varios de los que con él trabajan; sabe que con Claudia Sheinbaum tendría menos margen de maniobra, aunque tampoco quedaría “fuera de la jugada”, pues en el equipo de la Jefa de Gobierno también hay personal encumbrado que lo ve con buenas intenciones.
Existen ojos y oídos de Salinas en diversos rincones de Palacio Nacional y las Cámaras Legislativas; hay gente que creció en su gobierno y ahora, en su madurez, despachan en varias de las oficinas poderosas de AMLO. El expresidente “gobierna y participa”, de alguna manera, en la administración de su más popular adversario. ¿Será? Qué cosas tiene la vida.
alejandroaguirre77@gmail.com
Twitter: @aaguirre_g |