En esa misma línea imperativa, pero a nivel estado, otras voces oficiales aseguran que aún con semáforo epidemiológico en rojo, el mes próximo se reanudarán las clases presenciales.
No hay opción, no es consulta, no es si quieren, es un simple y llano “porque yo lo digo”.
Debo decir en descargo que en la mayoría de los países de Europa el regreso a clases presenciales ocurrió desde los meses de enero y febrero, aunque en algunos casos, debido a la tercera ola de contagios registrada después de las fiestas decembrinas, lo aplazaron a mayo y junio.
España, por citar un ejemplo, volvió a las clases el 7 de enero, cuando se registraron unos 19 mil 700 casos diarios en medio de plena expansión de la tercera ola que duró hasta mediados de febrero, con un máximo de 107 mil casos el 10 de febrero.
Las escuelas secundarias y universidades en Reino Unido no volvieron hasta marzo, mientras que en Alemania hubo algunas que lo hicieron apenas en junio.
A estas fechas todos los estudiantes europeos ya retornaron a las aulas y muy a pesar del mayor contacto entre menores de hogares diferentes, los resultados son muy positivos, lo que se ve reflejado en un marcado descenso de contagios diarios en todos los países de Europa.
Mire usted, Reino Unido ha pasado de casi 60 mil casos diarios en enero a 8 mil, recientemente; Alemania de 19 mil a mil; España de 19 mil 700 a 2 mil; Holanda de 8 mil a mil; Bélgica de 2 mil 500 a 573; Portugal de 9 mil a 750; Italia de 18 mil 400 a mil 892 y Francia de 21 mil a 2 mil 800.
Y seguro que usted se preguntará ¿cómo lo lograron los europeos? Bueno, en principio con un veloz y muy efectivo plan de vacunación a su población, en el cual los maestros tanto como el personal de salud fueron prioridad; de hecho la Unión Europea (UE) estimó que para mediados de este mes de julio ya debía estar vacunada al menos el 70 por ciento de la población adulta que vive en los 27 países que forman parte de la misma.
Además, para proteger a los estudiantes en las escuelas se implementaron estrictos protocolos anti Covid-19; el uso de cubrebocas es obligatorio en todas las escuelas en todos los países de Europa durante 2021 para proteger a niños, profesores y padres de familia. Las aulas siempre ventiladas y sana distancia entre alumnos con maestros y entre los estudiantes ha sido uno de los mayores retos.
Pero pieza clave en el éxito del regreso a las aulas, con todo y que por naturaleza los niños tienden a buscar contacto para jugar con sus amigos, el sano distanciamiento estudiantil es un mérito que se reconoce a los maestros de la Unión Europea.
De igual manera se aplican cuestionarios de forma periódica para el rastreo y detección temprana de casos de Coronavirus en las escuelas.
Así, el regreso a clases presenciales ha sido positivo y exitoso en el Viejo Continente, pero ¿qué cree? Eyyy, por favor atiéndame, se vale soñar, pero despierte, desgraciadamente estamos en México, donde la vacunación avanza, pero no como se quisiera, donde los hospitales de aquí mismo en el estado, en ciudades como Veracruz, Xalapa, Córdoba, Orizaba, Poza Rica, Coatzacoalcos, ya están de nuevo a tope y listos para expandirse en los próximos días ante el incremento en los casos de contagio.
Pero por si eso no es suficiente, lo escribí la semana pasada, muchos mexicanos y veracruzanos parecen burros domesticados porque actúan como si no existiera pandemia, como si todo fuera un mal sueño y, en consecuencia, nuestros hijos son igual de renuentes a acatar las medidas preventivas.
¿Quiere más? De acuerdo. Somos un país donde los maestros hacen como que trabajan, como que van a dar clases, como que vigilan a sus alumnos, como que los evalúan, en algunas comunidades lejanas y aún en las ciudades, llegan a dar clases los martes y el jueves concluyen su semana. Sí, aunque usted no lo crea, son más cabrones que bonitos, perdón, quise decir co-bro-nes, porque eso sí, para las quincenas se pintan solos.
Luego entonces en mi opinión habría que sopesar la forma más conveniente de regresar a clases presenciales y no pido que hagan una consulta popular, pero tampoco se trata de ser autoritarios y asumir el papel de: “porque yo lo digo ¿y qué?”. Entre todos, gobierno, padres de familia y maestros podemos convenir lo que resulte mejor para la salud y el bienestar de nuestros hijos que son el futuro de México ¿o qué no?
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