En el PAN la caballada está flaca. Me refiero en este caso solo a diputados federales de este partido.
Por el cada vez más debilitado PRD, aunque no lo crean, el hoy encarcelado Rogelio Franco podría salir fortalecido y, si no hay alianza, hasta sería candidato a gobernador.
EL PT no tiene cuadros fuertes, sin embargo, en el pasado ha jugado solo. Esta vez podría echar mano de algún diputado de MORENA prestado.
Hasta aquí los diputados federales entrantes. Continuemos.
En Movimiento Ciudadano tendrían listo a su fundador y líder Dante Delgado o a cualquiera de la sociedad civil, incluido algún miembro distinguido de otro partido. ¿Por qué no?
Por el Partido Verde el más visible es el sacrificado de última hora por paridad de género en la Cámara de Diputados, Javier Herrera Borunda, heredero de ya saben quién, lo cual le puede beneficiar o perjudicar según se le quiera ver. Hijo de tigre, pintito.
Por el PAN, Julén Rementería estaría puestísimo y más ahora con los Yunes Márquez prácticamente fuera de la contienda. Les ha pesado aquello de “no le saques, loco” y “viejo guango”. Algunas ofensas no se olvidan.
Hay más, Héctor Yunes (¿en Veracruz no existen otros apellidos?, se preguntarán), es el más movido y aguerrido de los priistas del momento en redes sociales y en cuanto foro encuentra. Como Pepe, ansía la revancha.
En Morena sólo hay dos con altas probabilidades, Ricardo Ahued y Rocío Nahle. Uno de ellos tiene segura la candidatura.
Los prospectos locales, o sea, los favoritos de Cuitláhuac García no cuentan. Están verdes.
No significa que uno de estos vaya a ganar la elección. Tampoco que todos los aquí enlistados resultarán seleccionados. Son los de mayores posibilidades de participar. Algunos no tienen la mínima probabilidad de triunfo y lo intentarán.
Acaso habrá otra vez alianzas y nuevos partidos. En próximas columnas agregaré más mujeres. También pueden. |