Pocas veces suelo estar de acuerdo con el Presidente y mucho menos apoyo sus dichos y disparatadas acciones pero en esta ocasión por primera vez en muchos años comparto y apoyo su expresión en el sentido de que saldría de la Presidencia si la mayoría lo pidiera en el Referéndum Revocatorio del próximo año, sin importar si el número de participantes en el proceso alcanza el 40% del padrón o no.
Sin embargo no dejo de pensar que, viejo zorro, como lo es, no deja de haber una intención oculta en sus palabras plasmada con “letra chiquita” en un “plan B” que muy probablemente tenga establecido para afrontar una contingencia adversa en el contexto de un eventual rechazo ciudadano a su gestión.
Veamos, AMLO nos ha acostumbrado a “decidir” en base a “Consultas” patito entre sus seguidores nada representativas, las que, en su forma de ver la democracia participativa presenta como “decisión del pueblo”, Así echó abajo la obra del aeropuerto en Texcoco y la Cervecera, de tal forma que por sobre el proceso Constitucional aun le quedará el recurso de ir a un parque, pararse en un templete ante miles de acarreados por MORENA y decir: “Levante la mano el que quiera que me quede en la Presidencia los próximos tres años”, para presentarse en la siguiente mañanera con el argumento de que el INE manipuló el Referéndum pero el pueblo ya tomó su decisión en la Asamblea de ayer y como “ya no me pertenezco, le pertenezco y me debo al pueblo bueno”, entonces me quedo,
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Otra forma de quedarse sería a través de un Maximato que bien podría ejercer desde su rancho “La Chingada”, eso si logra establecer un proceso sucesorio que dé como resultado el acceso de un incondicional a la Presidencia; por ello mi preocupación, más allá del resultado del Referéndum, siempre ha sido ¿Cómo se va a determinar quién sustituiría al Presidente si el Referéndum le retira el poder al actual?
Al respecto la Constitución contempla un procedimiento donde el Congreso por Mayoría Calificada debe elige un Presidente Sustituto que concluya el periodo en caso de ausencia definitiva del Titular del Poder Ejecutivo, ya que no podrá ser un Interino que convoque a elecciones Presidenciales pues por lo avanzado del sexenio, más de 2 años, se hace necesario que sea, como señalé antes, un sustituto que concluya el período. Ante lo inédito del asunto resulta de la mayor relevancia saber de antemano cómo se interpretaría la Constitución en este caso concreto, pues no se trata de la muerte, renuncia definitiva, ni de una Condena por Traición a la Patria, sino de una causal diferente no establecida en el procedimiento.
En ese sentido podrían “llevar mano” el Secretario de Gobernación, Adán Augusto (¿para eso lo habrá traído?), El Presidente de la Cámara de Diputados, quien quiera que sea o hasta el mismo Presidente de la SCJN, Arturo Zaldívar; quienes seguramente estarían dispuestos a continuar con el Galimatías ese denominado 4T, por lo que podría darse con esto un cambio en el Titular del Poder Ejecutivo pero no forzosamente un cambio de régimen.
Por todo ello, enfrascarse en la discusión sobre la realización del Referéndum sin tomar en cuenta las consecuencias inmediatas que traería resulta peligroso por simplista y hasta poco serio pues los que creemos en la democracia, en la libertad, en la honestidad, en la seriedad, eficiencia y eficacia del gobierno, por supuesto que queremos que AMLO se vaya, pero que junto con él se vaya también el régimen tirano y destructor de las instituciones que representa; al respecto habría que preguntar a los venezolanos si no preferirían a Chávez sobre Maduro. |