De los 15 gobernadores que están por salir, al menos cinco de la oposición ya tienen pláticas muy avanzadas para ser reclutados oficialmente por AMLO, aunque en realidad pocos podrían decir que conocen el grado de avance de las pláticas y los compromisos que se están sellando, la vox populi y los mismos dirigentes nacionales de partidos políticos se han encargado de confirmar la posibilidad de que ello suceda.
Quirino Ordaz Coppel, del PRI, quien el 31 de octubre dejará de ser gobernador de Sinaloa, ya tiene sus maletas listas para viajar a España como embajador de México con sede en Madrid. Actualmente el espacio ya está vacante.
Héctor Astudillo Flores, del PRI, acaba de entregar el gobierno de Guerrero a Evelyn Salgado de MORENA y ya está listo para emigrar al Gobierno Federal aún sin cargo definido.
Antonio Echevarría García, del PAN, ex gobernador de Nayarit desde el pasado 18 de septiembre está apalabrado para incorporarse a la 4T aún sin cargo definido.
Mauricio Vila Dosal, del PAN, quien aunque su gobierno termina hasta el 2024 también se sabe que por el muy buen gobierno que ha realizado a la fecha, AMLO ha dicho que le gustaría llevarlo a una de las dependencias que están en proceso de descentralización a uno de los estados del país.
Carlos Joaquín González, del PRD, quien termina su mandado en el 2022, también está en la mira de AMLO y a él no le disgusta para nada la idea, puesto que lo alejaría de posibles investigaciones en su contra por la permisividad que ha tenido con la delincuencia organizada.
Claudia Pavlovich, del PRI, quien es sustituida por Alfonso Durazo Montaño, parece que las pláticas la enfilan hacia un cargo en alguna embajada de México.
Otro más de la oposición es Alejandro Murat Hinojosa, del PRI, que ha gobernado Oaxaca como si fuera de MORENA y ha mantenido una fuerte relación política con AMLO, ha defendido sus iniciativas y hasta la ha hecho de destapador de candidatos de MORENA y servido como lo hizo recientemente en Boca del Río en favor de la titular de energía Rocío Nahle. Se comenta que está más que listo para incorporarse al gabinete en alguna de las dependencias paraestatales. Algunos adelantados se han aventurado a decir que podría suceder a Manuel Bartlett en la CFE.
Sea por sí o sea por no, en política el cabildeo es un ejercicio que amarra intereses y voluntades que a AMLO se le da muy bien y bien, con la salvedad que de no concretarse los nombramientos bien podrían servir para obtener los votos que necesita para la aprobación de la reforma eléctrica y para ellos que se aminore la fuerza de la justicia en caso de que tengan cuentas por saldar.
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