El presidente municipal electo de Xalapa sigue trabajando duro para restablecer las mejores condiciones en la comuna capitalina y cumplir su compromiso de mejorar las cosas, la vida y los indicadores de bienestar para la población.

     115 mil ciudadanos votaron por él y eso implica un verdadero compromiso para el Senador con licencia, pero es un compromiso general y específico, no particular ni difuso.

     Son numerosos los que piensan que al votar por el empresario xalapeño ganaron un cheque en blanco que les debe extender el inminente alcalde, como una retribución por su sufragio. Algo así como si hubieran hecho una compra de futuros. En realidad, cada voto representa una cientoquincemilava parte del compromiso de Ricardo Ahued con la ciudad, y quiere decir que él cuenta con el apoyo y el esfuerzo de todos para sacar al municipio del marasmo, del atraso criminal de cuatro años que hemos padecido.

     No la tiene ni la tendrá fácil Ahued, pero si hay alguien que sabe y puede hacer bien las cosas, es él.

     Tiene un gran trabajo por delante.

     Primero, poner orden en el caos administrativo en que seguramente está la comuna hipolitiana.

     Segundo, hacer obras y obras que no se han hecho y son urgentes.

     Y mejorar considerablemente los servicios públicos: agua, basura, alumbrado, vigilancia, vialidad, rastro.

     Ahí está la enorme responsabilidad que se echó a cuestas quien ha sido uno de los mejores alcaldes de Xalapa, para aminorar el daño que hizo y sigue haciendo el que ha sido el peor munícipe de la historia.

     Pero eso sí, no le pidamos a don Ricardo que llegue al detalle de resolver la vida o los problemas de cada uno de los ciudadanos.

     Bastante quehacer tiene por el momento, y los próximos cuatro años… o menos.

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