“El sindicalismo magisterial de la sección 56 no está preparada para responder a la transformación exigente”
Cada vez, cada ocasión que me encuentro ante la necedad de líderes en todos los sentidos, en la política, en la universidad, en la burocracia, bueno, hasta en los taxistas y betuneros, no se diga en el magisterio del país desde los tiempos de Carlos Jongitud Barrios, cacique y político nacido bajo la sombra de Luis Echeverría en 1972, hasta que Salinas le dio cuello el 23 de abril de 1989, a quien se ostentaba como eterno presidente del grupo Vanguardia Revolucionaria, utilizando Salinas de Gortari a Elba Esther Gordillo para sepultar sindicalmente al ex gobernador de San Luis Potosí… cadena que iniciara Jongitud cuando su irrupción violenta en las instalaciones del SNTE para desplazar al otro charro, Jesús Robles Martínez y a su marioneta Carlos Olmos Sánchez…
Esto debe de entender y analizar el maestro del capricho, como líder de la sección 56 del SNTE, haciendo a un lado la práctica del “charrismo” que tanto daño causa al magisterio y dejar en libertad a que la base designe a su candidato y posteriormente en votación, buscar al mejor sin la aplicación de la necedad del eterno aspirante don Reveriano Marín, secretario de finanzas en la actualidad, a quien, contra viento y marea el dirigente Mario Hernández insiste en colocarlo como su candidato sin enarbolar nada, mucho menos los principios y democracia sindicales que logren mejoras salariales para los agremiados…
Con los dos protagonistas de la futura elección de la Sección 56, don Mario Hernández y don Reveriano Marín, comentan los maestros, la designación del candidato podría ser la causa no solamente de más divisionismo, sino de violencia y peligro constante para la base, cuando no tienen ni el vigor ni la enjundia para insertarse en el sentir y en los razonamientos de los integrantes de la Sección 56, enseñando solamente frustración, desesperanza… y caprichos.
La base magisterial no permitirá que el próximo secretario general de la 56 inicie atado al poder de Mario Hernández Sánchez, sin la fuerza sindical que se necesita solamente por la relación añeja y amañada con el sindicalismo oficial que aborrecen los maestros, si en las reuniones que preside y a las que acude el secretario general actual, con escasa calidad moral y dignidad, vapulea a su amigo, a su compañero de lucha sindical y política, maestro Leonardo Campos Aparicio, señalando actos de corrupción y sustracción de recursos cuando fue secretario de finanzas de la Sección 56, declaraciones que lo convierten a la vez en cómplice cuando comenta que lo sabía y ahora lo acusa de corrupción.
La pregunta que se hacen los maestros de la Sección 56 del SNTE… ¿ quién se quedó con el dinero de los jubilados ? ¿ es decir de los dineros del FES, Fondo Económico Sindical, durante el mandato sindical de Manuel Arellano Méndez…?
Añaden otra interrogante:
Si don Reveriano Marín, el de mirada triste y sombría, magullado y necio aspirante a la dirigencia de la 56 del SNTE, actual secretario de finanzas, se dedica a recorrer las delegaciones y visitar a grupos de maestros en toda la entidad veracruzana, solicitando penosa y nuevamente el voto, recorre, viaja, disfruta… ¿ a costa de quien se paga sus gastos ? ¿ acaso de las cuotas sindicales con la aprobación de su padrino político Mario Hernández Sánchez ?
Un Reveriano Marín, quizás dentro de la locura del narcicismo que sería agradable tratar y de esto comentaremos en las siguientes columnas.
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