Sí, cualquiera podría decir que es el Presidente y en cualquier parte del Mundo, por el hecho de llevar la más alta responsabilidad que el Titanic le demanda, perdón: que el País le demanda, pues a fuerza que debe tener los mejores cuidados, así hubiera surgido del PRI, PAN o del que usted quiera.
Aunque también hay quienes dirían que entonces, para qué se la jalan con esos discursos de “nosotros los pobres”, “pobres-pobres, pero honrados” y “por el bien de todos, primero los pobres”...
Una molestia similar se vivió o vive en la burocracia estatal cuando se enteraron que la Sesión Legislativa de este martes se hará de manera total en forma virtual, es decir, todos y cada uno de los diputados que conforman la LXVI Legislatura del estado de Veracruz, desde su casita (porque la pandemia lo demanda), estarán haciendo lo que mejor saben hacer: pensar en todas las cosas que son mejor para nosotros…
¿Y en qué consiste la molestia de la burocracia estatal?
¡Ah! es que ellos sí están yendo a trabajar y si se sienten mal, pues tienen que hacerse una prueba de cajón para ver si están “agripedos” o tienen Covid.
Pero eso tampoco en sí es la esencia del malestar… el asunto es que la prueba para ver si son sujetos de incapacitación o no, es costeada por el mismo empleado, que a ojo de buen cubero, una prueba de PCR que es la que demandan por su efectividad, viene saliendo en 950 pesitos la más barata y socorrida en áreas de Salud pública, y en unos 2 mil 400 pesos en laboratorios privados.
Entonces, la pregunta que se hacen los burócratas es que cómo es posible que los diputados, desde su casita, sí puedan trabajar, pero ellos no…
Al igual que en el caso de AMLO hay dos ángulos en que se ve esta situación:
El primero, es que se habla entre nueve y once diputados que contrajeron Covid, entre los que se cita a Juan Javier Gómez Cazarín, Ana Miriam Ferráez y Maleno Rosales… del resto, nada se sabe.
Pero si es casi una decena de legisladores los enfermos, multiplíquelos si anduvieron de la Ceca a la Meca en el Congreso con auxiliares, asesores y secretarias… de pandemia pasa a pandemonium!
El segundo, hay quienes consideran que los diputados, nuestros diputados, si se enfermaron fue porque están cerca de su pueblo, de su gente, de la raza, y su trabajo los orilla a correr varios riesgos como contraer Covid ¡o hasta subir de peso! por eso se les permite una sesión virtual.
En resumen, tenemos de regreso a un presidente fuerte y sano; a un Congreso, ni tan fuerte ni tan sano, pero trabajando; y a una burocracia que se truena los dedos porque en sus oficinas, nomás ven cómo el Covid hace de las suyas y enfermarse para ellos, es un lujo que difícilmente pueden darse como el presidente o como un diputado.
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