Pero la segunda posibilidad es que el Patriarca de la Cuatroté no esté dado de alta como beneficiario de Adultos Mayores, a pesar de sus más de 65 años de edad. Si fuera ése el caso, sus malquerientes y quienes no están de acuerdo con él y su estilo personal de gobernar dirían que cómo es posible que no se atenga a las reglas de este programa precisamente quien las dictó y pugna todos los días porque se cumplan.
Si está, es un aprovechado, piensan unos; si no está, es un descreído de su propio programa, opinan otros.
Cosas del populismo y de las habladas, porque el actual jefe de las instituciones de la República es muy dado a echar baladronadas a la menor provocación, y una de ellas es la honestidad que pregona de manera tan constante y ostentosa que hace saltar la sospecha. No que no lo sea, sino que muchos recuerdan el dicho aquél de Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces…
Sería sano que dijera el Presidente si tiene Tarjeta del Bienestar y en qué banco la tiene, por ejemplo en el de su amigo Ricardo Salinas Pliego o en el Citibanamex que está a punto de venderse al mejor postor.
Y en una de ésas que nos cuente en qué gasta ese dinerito adicional que le da el pueblo bueno y honrado.
No faltará algún oficioso bienqueriente que sin tener la información precisa afirme que AMLO sí está dado de alta, que sí le pagan, pero que ese dinero lo distribuye entre los pobres… o algo así.
Pero lo cierto es que a la fecha los mexicanos no sabemos qué fin le da nuestro Presidente a su sustancioso apoyo bimestral para el bienestar…
Son 3,850 pesos muy buenos.
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