Los togados determinaron que así como está tipificado, ultrajes a la autoridad vulnera los derechos de libertad de expresión, legalidad y el principio de taxatividad. (Taxatividad: Exigencia de que los textos en los que se recogen las normas describan con precisión qué actos o conductas están prohibidas y qué sanciones se impondrán a quienes incurran en ellas. De nada, lector).
“Golpazo contra el gobierno y el Congreso de Veracruz; golpazo” dijo Ciro Gómez Leyva. Y sí, golpazo.
Sintiendo acaso que los ministros ultrajaron su autoridad, el gobernador advirtió que enviará al Congreso una iniciativa de Ley para castigar la agresión violenta con armas a los ciudadanos y servidores públicos.
Alguien debería apiadarse de él y decirle que esa ley ya existe; se llama Código Penal para el Estado Libre y Soberano de Veracruz de Ignacio de la Llave, donde vienen tipificados los delitos contra los servidores públicos y las penas a las que se harán acreedores los infractores o agresores.
Lo que quiere en realidad Cuitláhuac es hacer una ley parecida a ultrajes a la autoridad. Y no porque le importen las agresiones (supuestas o reales) a los policías, sino porque quiere seguir encarcelando a sus enemigos políticos.
Ciego como está (por ignorancia o por soberbia), no quiere darse cuenta que mientras más puje por leyes que vayan en detrimento de sus gobernados, más acerca a su partido al desfiladero.
Los veracruzanos ya lo conocen, saben que no se le da el diálogo, que no es concertador, conciliador ni tolerante y se la van a cobrar en las urnas.
El estigma de represor que se ganó desde marzo del año anterior cuando mandó a la cárcel a Rogelio Franco Castán acusado de ultrajes a la autoridad, no se lo quita nadie. Y ese estigma jugará contra Morena en el 2024.
Pero mientras esto sucede, qué tristeza por Veracruz y sus autoridades.
En lo personal, nunca imaginé que la Presidenta del Tribunal Superior de Justicia de la entidad, se expresara con tanta vehemencia a favor de una ley injusta y arbitraria que tiene en prisión a más de mil veracruzanos. Calificar de “aberrante” que se quisiera derogar el delito de ultrajes a la autoridad, ha sido lo más aberrante que ha dicho doña Isabel Romero Cruz.
Qué lamentable que los poderes Legislativo y Judicial sean tan faltos de independencia y estén entregados sin pudor al Ejecutivo estatal.
“Estamos mal como sociedad, pero es entendible porque se está llevando al grueso de la población al extremo de sobrevivir el día a día y no tiene tiempo de cuestionarse este tipo de problemas. Además, quien se atreve a cuestionar es avasallado por el poder”, me dijo un amigo en charla de café y no le falta razón, lector.
Por desgracia no le falta razón.
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