- Segunda de tres partes -
La insidia, la intriga y la traición, amurallan y acaban con la reputación y la dignidad, en la de por sí conflictiva vida política, sindical, deportiva, social y hasta cultural de nuestros pueblos y son las actitudes más despreciables y ruines de quienes la aplican. Judas fue marcado como el más famoso de todos los traidores por delatar a Cristo con un beso y cobrar las treinta monedas de plata, que como la mayoría de los traidores, no disfrutan el producto de sus infamias, los envuelve una especie de maldición.
Judas, arrepentido, se ahorcó; a Guajardo que asesinó a Zapata, lo asesinaron dos años después; Victoriano Huerta. El “chacal” traiciona a Francisco I. Madero; Venustiano Carranza traiciona a Emiliano Zapata… y los convierten en próceres y héroes nacionales, para ello debemos enterarnos, leyendo, la vida que no se presenta en los libros de texto, figuras nacionales que conquistaron el poder a cualquier costo dentro de la infamia, insidia, traición y corrupción.
Y si de traiciones se trata, la que supuestamente le aplicaron a Benito Juárez, por parte de una bella mujer dolida que juraría vengarse del Benemérito por enviar al paredón a un apuesto capitán francés de la monarquía, José Joaquín Ortiz, de quien la “Carambada”, Leonarda, ex dama de compañía de Carlota y Maximiliano, estaba enamorada y aprovechando una invitación a una cena en palacio nacional, si, ahí donde vive el presidente López Obrador, de parte de Guillermo Prieto, el poeta, y de Sebastíán Lerdo de Tejada, Presidente de la Suprema Corte y sucesor de Benito Juárez “en dado caso que muriera” y se dice en los libros de la verdadera historia de México, que Sebastián fue testigo del momento en que a un descuido de don Benito Juárez, la “Carambada” colocó el “pedo de culebra” o “veintiunilla” que haría efecto a los 21 días de haber sido ingerido y así sucedió, don Benito Juárez murió víctima de una “angina de pecho”, precisamente a la sentencia de la yerba “veintiunilla” de acabar con la víctima a los 21 días, y un 18 de julio de 1872 en sus sobrias habitaciones del ala norte de Palacio Nacional, muere Benito Juárez, después de una jornada de trabajo, a los 66 años de edad…
La duda para sus colaboradores y la señalada traición de quienes estaban en la sucesión del poder de palacio nacional, con la complicidad de Leonarda que juró vengar la muerte de su galán fusilado en Querétaro, refugio de la monarquía en esos años, quedan en los libros pero en nosotros como mexicanos la pregunta obligada del ¿ por qué el fusilamiento de la “Carambada” Leonarda, y sus 86 años, ordenada por Lerdo de Tejada ? o por quién, interesado en liquidarla ?… traición tras de otra traición. y la sorpresiva reacción de las monjas que preparaban la autopsia de Leonarda al descubrir que estaba viva y su insistencia de que la asistiera un cura para contarle la traición que había hecho al presidente de México, don Benito Juárez…
En dado caso, la malévola actitud de “Carambada” fue más vengativa que de traición, utilizada quizás por quienes se interesaban en ocupar la presidencia de México y así sucesivamente. Alvaro Obregón traiciona a Venustiano Carranza, a Francisco Villa, a Carrillo Puerto, sumando a Salvador Alvarado, a don Adolfo de la Huerta y a los perseguidos que se enfrentaban a la no reelección, Francisco Serrano y Arnulfo R. Gómez, asesinados culpándolos de traidores a la patria, y Alvaro Obregón Salido, también fue asesinado un 17 de julio de 1928 cuando ya había triunfado en la elección presidencial para el periodo 1928-1934, sería su segundo como presidente, es decir, su reelección, pero León Toral lo acribilló de lo cual lo describe la historia política de México…
Años atrás los hechos de ingratitud, de Agustín de Iturbide, en el tema amoroso o de infidelidad, en donde más se presenta la traición, traiciona a su esposa para quedarse con la guapa María Ignacia Rodríguez, mujer codiciada por los políticos y fácil de convencer, pero a Iturbide le llegó al grado de encerrar a la Emperatriz de Anáhuac, o de México, la primera antes que Carlota, en el convento de San Juan de la Penitencia, acusada injustamente de adulterio y para lo cual Iturbide le inventó un amante…fue Emperador en 1822, desterrado en 1823 y a su regreso al país, desconociendo que existía un decreto en donde se le declaraba traidor, y al desembarcar en Soto la Marina, Tamaulipas, fue capturado y fusilado juzgado por el Congreso de esta entidad, el 19 de julio de 1824…
Los traidores, en corto o largo tiempo, siempre son ejecutados, otros desterrados y unos más maldecidos hasta la muerte, olvidados ante la sociedad y familia que los odia por las fechorías cometidas…vamos pues, ni el clero se salva de las traiciones con los feligreses utilizando los secretos de confesión para transferirlos a los tiranos, hacendados, a los poderosos y desde el púlpito la amenaza cual tribuna política de ser castigados por Dios si se notaban actos de rebeldía…si estaban contra el poderoso, los tachaban de herejes y fue así como se negaron a impulsar la democracia, apoyando a tiranos sobre todo, Iturbide, Santa Anna, Paredes, Arrillaga, Zuloaga, Miramón, Maximiliano y hasta don Porfirio Díaz y Victoriano Huerta… |