Todavía hay quienes no se vacunan por miedos absurdos
Acudimos este lunes a primera hora a la aplicación de la cuarta vacuna de refuerzo contra el COVID 19, en el salón del Gimnasio Omega, en donde sin mayores problemas salimos inyectados, luego de dos horas.
Llegamos poco antes de las 8 de la mañana y ya había una fila de adultos mayores de 60 años esperando a que se abrieran las puertas y poder entrar a ocupar las sillas de espera, en que le toque el turno de pasar al frente de vacunación.
Hay que destacar la amabilidad y buena disposición de todo el personal de SEDESOL, Seguro Social y de la Secretaría de Salud que están informando a la población sobre los pasos a seguir.
El problema que se presentó, fue que como nunca se dijo que había que imprimir el formato de la página de www.Mivacuna.gob.mx , ya que se había asegurado que a estas alturas del partido no era necesario ya llevar ningún comprobante, sino simplemente presentarse, un buen grupo de los adultos, no tenían el formato impreso.
Pero como si ya supieran que se iba a presentar ese problema, “casualmente” en la puerta del gimnasio estaban instaladas tres mesitas con impresoras, en las que unos jóvenes -que no eran de los de Compartiendo el Futuro- estaban imprimiendo el formato de la página de internet, no de manera gratuita, sino mediante el pago de 15 pesos por la hojita.
En anteriores ocasiones, se informó previamente, para que se pudiera bajar desde su domicilio la hoja de control de la vacuna, pero como ahora ya no se hizo así, pues ya hubo unos jóvenes ganones.
Las vacunas Aztra Seneca 210609 que fueron las que se estaban aplicando, llegaron a las 8:30 cuando ya casi todas las sillas del gimnasio Omega estaban ocupadas por los adultos mayores.
Finalmente, a las 9 de la mañana comenzó la aplicación de las vacunas, no se sabe si porque estaban esperando a que fuera el delegado de la Secretaría del Bienestar en la entidad, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, pero no llegó a ese inicio.
Hay que reconocer también que la enfermera que nos tocó que aplicara la vacuna, tenía muy buena mano, porque no sentimos ni el piquete.
Todo el proceso fue muy rápido y sin molestias.
Pero a pesar de todo, hay muchas personas adultas y jóvenes que no se han aplicado la vacuna, por los más diversos y absurdos razonamientos.
Los más frecuentes es porque tienen miedo, porque ya se murió algún conocido o familiar.
Pero precisamente, la mayoría de los que se han muerto, es porque no acudieron a vacunarse con ninguna de las cuatro inyecciones que se han aplicado hasta la fecha.
Tampoco hay que confiarse de que ya están vacunados y que por eso no le pasará nada, porque hay que seguir tomando las medidas preventivas para evitar nuevos contagios.
Como bien asegura Pancho López el filósofo xalapeño ateniense “más vale prevenir que tener que lamentar”.
La pandemia del COVID ya está en todas partes y tenemos que acostumbrarnos a seguir viviendo con las medidas de precaución, como son el uso del cubrebocas y la aplicación de gel antibacterial al entrar a lugares públicos.
El COVID ya es parte de nuestra vida cotidiana, por eso si queremos continuar nuestra existencia, hay que seguir aplicando las medidas de protección.
Quienes no han ido a vacunarse, todavía están a tiempo de hacerlo y evitar poner en riesgo su vida y a sus familiares.
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