La dirigente estatal del Partido Verde en Veracruz, Eleaney Sesma, rompió una abstinencia obligada de cinco meses en que no se reunió con sus colegas periodistas, y está teniendo una semana intensa, en la que el lunes desayunó con una nutrida asistencia de miembros del Grupo de los Diez, y en la jornada restante se reunió con periodistas hasta culminar en un grato convivio con prestigiados columnistas no adscritos a alguna asociación o grupo.
Ayer también se dio la oportunidad de juntarse con colegas comunicadores y de alguna manera volvió a ser lo que ha sido y lo que será siempre, una reportera de corazón y alma.
En las reuniones, la Secretaria General del PVEM en Veracruz palpó la condescendencia que tiene entre sus hasta hace poco colegas de facto, con quienes mantiene amistades de varias décadas y mucha historia junta.
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Y a ellos les platicó (difícilmente podría alguien decir que fue “entrevistada”, porque entre gitanos no nos leemos la mano) lo que ha hecho como líder de un partido creciente en Veracruz, que va en coalición con el morenismo oficial y con el Partido del Trabajo.
Pero lo que resta de este año y todo el próximo no habrá elecciones en el estado, así que Eleaney Sesma nos cuenta que tiene el tiempo para hacer política real, para trabajar en el fortalecimiento de la estructura de los verdes. Por eso han sido para ella meses de ir arriba abajo por los reglones torcidos de las carreteras y las brechas de nuestra geografía incomprensible. Han sido reuniones largas y detalladas con la militancia de a pie, la que consigue que el partido persista con su registro. Es la que realmente logró que ganaran 31 alcaldías, y decenas de regidurías y sindicaturas, además de cuatro diputaciones locales y cuatro federales, que por obra y gracia de los reacomodos (los arreglos políticos y las salchichas, dicen, es mejor no saber cómo se hacen) se quedaron en dos curules estatales y dos federales, todas de mujeres, para gloria de la verde equidad.
Así que el liderazgo de la Secretaria General en Veracruz se asienta en la cercanía con los militantes de carne y hueso, en el reconocimiento del escalafón partidista, en el trato directo de quienes se ocupan de los seccionales -la “tucaniza” les llama, muy convenientemente- y que son la esencia del partido.
Por eso a Eleaney Sesma poco se la ve en corrillos políticos, en reuniones con los poderes gubernamentales, en arreglos cupulares. Lo sentimos, pero está muy ocupada haciendo lo suyo, que es fortalecer el partido desde abajo, desde donde debe ser.
Y eso se lo van a terminar reconociendo, aplaudiendo, agradeciendo…
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