Pero, cuál es el respaldo o la seguridad con la que contamos como clientes, consumidores o usuarios de que esos datos biométricos personales consistentes en huellas dactilares están seguros en los archivos de quienes las recaban y que no serán utilizados para fines indebidos o que nos puedan perjudicar.
Por ejemplo, que la misma sea parte de una autorización o consentimiento a cualquier medida, acuerdo, norma o condición que favorezca de manera unilateral al otorgante del servicio, y que después use en nuestra contra y a su entera conveniencia.
Atrás están quedando los tiempos en los que necesariamente debía ir nuestra firma acompañando los acuerdos o clausulados suscritos como una forma de externar nuestro consentimiento y autorización para obligarnos frente a otro contratante. Hay en cambio, novedosas formas de externar sin lugar a dudas nuestra voluntad y hacerla constar como las firmas digitales. Y todo aquello que la ciencia ha permitido en aras de hacer los trámites mas ágiles, y -con la pandemia- a distancia, desafortunadamente las leyes, el derecho y las normas van siempre no uno, sino muchos pasos atrás de ese fenómeno tecnológico, y existe poca regulación al respecto, lo que sin duda dará lugar a ilícitos que queden en la impunidad por no haberse previsto.
Me sorprende con que facilidad, acostumbrados o hechos a la idea de privilegiar la rapidez de los trámites, no nos detengamos a pensar o a exigir a quien le obsequiamos nuestros datos biométricos personales, la seguridad del resguardo de los mismos, la costumbre lo ha convertido en algo normal.
De la misma manera que me lleva a pensar que quien posea los datos podrá ocuparlos en una forma no siempre legal o con probidad y que podrá asentarla o estamparla en donde mejor le convenga. Mas vale comenzar a poner atención a esta práctica y evitar otorgar nuestras huellas por doquier, y estar seguros de que en verdad permitir la captura y el archivo de las mismas es estrictamente necesario para completar algún procedimiento de otro modo, mejor evitarlo.
Nuestra firma o consentimiento solo vale cuando conocemos de manera completa los términos o las condiciones que se deben aceptar, de lo contrario no puede decirse que haya quedado perfeccionado un contrato por el consentimiento.
En otro tema, a partir del 24 de junio de este año, según anuncio del Banco de México habrá aumento de la tasa de interés, seamos cautos a la hora de contratar o hacernos de deuda, pues este aumento sin duda impactará de frente a quienes no puedan sostener el cumplimiento oportuno del pago de las deudas contraídas. Y tenemos noticia de la cantidad de familias que están resistiendo a la moratoria mediante la contratación de mas deuda, de nuevos créditos; lo que sin duda agravará no solo su situación, sino la de todos.
Ha concluido el primer semestre del año, desafortunadamente con más aumentos en los precios, menos liquidez y mas personas en moratoria. Sigamos trabajando con esperanza, con fe, pero con la certeza de que nadie, está obligado a lo imposible.
¡Hasta la próxima!
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