Con lo anterior, solo falta la definición de López Obrador de quién será su sucesor “en la grande” y de ahí se sabrá inmediatamente quienes serán los aspirantes a gobernador en los procesos del 24, y con los jarochos no será la excepción.
Le explico.
De ser la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum la elegida por López Obrador para hacer historia y dejar a la primera presidenta del país, la candidata a la gubernatura será indudablemente la titular de la Secretaría de Energía, Rocío Nahle, dama que ya adelantó que después de la inauguración de la primera etapa de “Dos Bocas” centraría todos sus esfuerzos en la entidad.
De hecho, toda la estructura gubernamental y del equipo del actual mandatario, ya operan y mueven los hilos a favor de Rocío Nahle, sin empacho alguno.
De resultar elegido el secretario de gobernación Adán Augusto López, para sorpresa de muchos la nominación recaería en el todavía presidente de la cámara baja, el diputado Sergio Gutiérrez Luna, quién destapó sin miedo alguno a Adán Augusto en una mega concentración morenista en el Estado de México.
Sergio se convirtió en el personaje incómodo para la 4T de Cuitláhuac, logrando un posicionamiento político con medios de comunicación olvidados y desdeñados por el gobierno del estado, y entre sectores internos de MORENA que están resentidos o no comulgan con las formas o modos de la estructura estatal.
Por otra parte, no hay que olvidar a Marcelo Ebrard, que, aunque su sueño de ser presidente se ve un poco más lejano que el de Sheinbaum o Adán Augusto, con López Obrador nada es hasta que es, y resulta que el equipo de Marcelo tiene en Veracruz a un consentido al que le ven “espuelas para gallo”, nos referimos al secretario de Finanzas José Luis Lima Franco, uno de los pocos funcionarios veracruzanos que ofrece resultados y confianza para lo que pudiera venir.
Pero esa es otra historia, se la contaremos después.
En fin, ya veremos que es lo que pasa, porque en política y más en estos tiempos, nada es, todo va siendo.
Esperemos. |