Ayer, en la Ciudad de México, trascendió que “muy pronto, tal vez en alguno de los días que le restan a esta semana, el gobierno federal dará a conocer qué fue lo que pasó en el ISSSTE durante las tres décadas pasadas, cuál es su condición actual y qué se propone para salvar la situación”.
La versión la publicó Miguel Ángel Velázquez, autor de la columna Ciudad Perdida y editor de la sección capitalina de La Jornada, el diario considerado portavoz del régimen obradorista.
En su texto titulado “En el ISSSTE, tres décadas de saqueo”, Velázquez refiere que al final del gobierno del ex presidente Enrique Peña Nieto, “cuando el organismo cayó en manos del priista José Reyes Baeza, ya se acusaba una situación más que difícil para el ISSSTE, tanto que el mismo ex gobernador de Chihuahua acudió a la entonces Procuraduría General de la República (PGR) para denunciar el saqueo de que había sido objeto el organismo”.
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Apunta que “la denuncia tuvo que ver con la desaparición de entre cinco o 15 millones de medicamentos usados para la lucha contra el cáncer de todo tipo, y aunque hemos preguntado por ahí, muy poca gente se acuerda del asunto y nadie sabe de protestas callejeras para apoyar la denuncia del político”.
Y añadió que “no era todo, también se habló en aquel entonces de que se tenían pérdidas por la caducidad de medicamentos que llegaban hasta 200 millones de pesos”.
“Para aquel momento lo que sucedía en el ISSSTE resultaba indignante, los datos que señalaban el tamaño de la podredumbre se multiplicaban. El 14 de enero de 2019, recién iniciado el gobierno de la 4T, en el barrio de San Bruno, en Xalapa, Veracruz, se detectó la falta de cloro, jabón, jeringas, gasas, catéteres, baumanómetros, estetoscopios, alcohol y hasta gasolina para las ambulancias”, según documentó.
Además, apuntó que “por fin la amenaza de una suspensión del pago de pensiones también fue agravando la situación, que se volvió insoportable, por lo que hallar una solución que permitiera dar oxígeno a la institución creada para dar servicios, principalmente de salud, a los trabajadores del gobierno, se convirtió en una tarea impostergable”.
Y planteó: “¿Qué hacer con el ISSSTE? La respuesta es lo que se espera obtener en un breve lapso, y eso significa poner sobre la mesa el cúmulo de ilegalidades que se dieron en la institución. El organismo vive hoy un momento de emergencia donde todo lo que tenía que ver con sus servicios se subrogaron”, señalando que, “en los hechos, para los muy bien enterados el ISSSTE se privatizó; en todas sus funciones los faltantes tuvieron que ser solventados por quienes solicitaban los servicios o por sus familiares, quienes debían acudir a las empresas, desde farmacias hasta laboratorios, o a los distribuidores de dispositivos médicos para situaciones especiales”, remachando que “nada había en el ISSSTE”.
“La información que en breve se presentará podrá descubrirnos una etapa más de los malos manejos a los que se sometió a las instituciones de gobierno en un intento rapaz por terminar con ellas. Ásperas están las cosas”, concluyó.
Obviamente no faltarán los que volteen a ver a Miguel Ángel Yunes Linares, pues en el sexenio del ex presidente Felipe Calderón –el villano favorito del mandatario Andrés Manuel López Obrador– dirigió el ISSSTE de diciembre de 2006 hasta febrero de 2010, cuando renunció para contender en su primera campaña por la gubernatura de Veracruz.
Mala noticia para el panista veracruzano, quien apenas debe estarse reponiendo del encarcelamiento de su ex fiscal Jorge Winckler, detenido por elementos de la Fiscalía General de Veracruz el lunes 25 de julio en Puerto Escondido, Oaxaca, y actualmente preso en el reclusorio federal de máxima seguridad del Altiplano, en Almoloya, Estado de México.
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