Ahora resulta que el mural donde aparecía Eric Cisneros Burgos, secretario de Gobierno de Veracruz era para difundir la afrodescendencia en Veracruz. Éric Cisneros, pensó el autor del mural vandalizado en Misantla, es un ejemplo de la negritud en América. Pues al parecer los misantecos que vandalizaron esa “obra de arte” no pensaron que así fuera. Ellos pensaron que Cisneros Burgos, quien ya se apropió del corazón del alcalde Javier Hernández Candanedo, quien ya se apropió del pocito de Nacaquinia, ahora se quería apropiar de los muros y paredes de Misantla. Quienes vandalizaron pensaron que Hernández Candanedo seguía alimentando la vanidad y el ego de uno de los secretarios de Gobierno más nefastos que ha tenido el estado de Veracruz. Pensaron que el llamado Bola 8, al poner la imagen en sus muros, estaba promocionándose para un puesto de elección popular. Pero qué bueno que el gobernador lo aclara, sólo se estaba difundiendo la afrodescendencia, la negritud, y que mejor ejemplo que el Bola 8. Pero ni por eso lo quisieron los misantecos, porque saben que el señor no representa a los afrodescendientes, el señor representa a la clase de los corruptos.
Rosario Robles le besa la mano al “tata” López Obrador por haberla sacado de la cárcel. “Me alegra mucho que López Obrador haya tomado cartas en el asunto”
Rosario Robles estuvo atrás de los videos que su amante Carlos Ahumada grabó; en esos videos Ahumada daba dinero a los emisarios de López Obrador. Rosario Robles fue parte del complot que fraguaron Diego Fernández de Cevallos y Carlos Salinas de Gortari para derrotar hasta dos veces a López Obrador. El mismo Carlos Ahumada en su libro Derecho de Réplica contó que en una de las tantas reuniones para el complot, Rosario Robles dejó que Carlos Salinas le pusiera la banda presidencial. Debía ser castigada Rosario Robles, al menos con tres años de cárcel para que sintiera el rigor. Pero ya salió de la cárcel, aunque el presidente afirmó: “No significa que queda libre, nada más que tiene que haber sentencia”, es decir, la espada de Damocles pende permanentemente en su cabeza. Pero Rosario, quien ya probó la miel amarga de la cárcel, besa las manos de su liberador, del “tata” López Obrador y en un mensaje de Twitter lo demuestra: “Me alegra mucho que el Pdte. @lopezobrador_ haya tomado cartas en el asunto con relación a las mujeres que llevan más de dos años en prisión preventiva sin la debida revisión de su medida cautelar, y que como yo, muchas son inocentes”. Rosario Robles no es inocente, ella sabe que si llega a rebelarse o llega a decir algo contra la Cuarta Transformación, la espada de Damocles caerá sobre ella.
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Omar García Harfuch se deslinda de haber fraguado la “verdad histórica”. Eso dice él, pero los testigos lo acusan
Omar García Harfuch fue delegado de la Policía Federal en Guerrero en los días que ocurrió la masacre de los 43 de Ayotzinapa. Bien pudiera ser que él se encontrara en Nueva Italia, Michoacán y que hay pruebas de eso. Sin embargo, antes de García Harfuch fuera secretario de Seguridad Ciudadana con Claudia Sheinbaum, él ya era señalado por testigos de haber estado presente en el cónclave donde se fraguó la “verdad histórica”. Pero García Harfuch lo puede negar, como lo ha negado. En un mensaje de Twitter el favorito de Claudia Sheinbaum escribió: “Rechazo la versión absurda de haber participado en una reunión para “fraguar la verdad histórica”; ojalá quienes llevan las investigaciones detengan a quien hizo daño a los jóvenes en lugar de arruinar vidas y reputaciones de los que si hacemos algo por nuestro país todos los días”. ¿Por qué iba a ser absurdo que él, como delegado de la Policía Federal, participara en ese cónclave? Más bien parece lógico, pues en ese momento se reunieron todas las personas con autoridad para fraguar el encubrimiento y participación del Ejército y de otras instancias federales, estatales y municipales que no hicieron nada para evitar la muerte de 43 personas.
Armando Ortiz
Twitter: @aortiz52
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