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Imagine que usted llame a los números de emergencia y le pida a quien le conteste que envíe una patrulla, porque cerca de su casa se están agrupando jóvenes que generan un ambiente de inseguridad.
Imagine que la persona al otro lado del teléfono le responda: - ¿En qué colonia? ¡No!, ¿cómo cree? ¡Si esa es una de las colonias más seguras de la ciudad!
¿Quién sabrá más sobre la seguridad de esa colonia? ¿Aquel que tiene muchos años viviendo ahí, o el servidor público que ha revisado informes donde dice que la zona es segura?
Ahora trasládelo a la charla que este lunes tuvo el gobernador de Veracruz con los medios de comunicación.
Los maestros de la escuela primaria Adolfo Ruiz Cortines, de Xalapa (donde fue asesinada una de sus maestras) piden que se refuerce la seguridad. Lo mismo demandan maestros que tienen que viajar a zonas alejadas, incomunicadas, a cumplir con su trabajo.
El gobernador les dice que no, que no hay inseguridad para los maestros: “No es que haya un ambiente de inseguridad para el magisterio y se está investigando en ese asunto, qué pasó, para dar con los responsables del móvil (sic). No es contra el magisterio, pero quieren poner en una encrucijada y que no diga de qué se trata exactamente”.
Y es que, en realidad, los policías están ocupados en otros menesteres, como el desalojo de comerciantes del parque Miguel Hidalgo, en el centro de Coatepec.
¡Qué pronto se le olvidó cómo duelen los macanazos de los granaderos! Ya no se acuerda cuando estaba del otro lado. Hoy “entiende” que el uso de la fuerza pública “es necesario”.
Que el tema de la “recaptura” de Tito Delfín Cano no es político. ¡Vaya!, que ni siquiera es su tema: “Es un tema entre Fiscalía y Poder Judicial, no metemos las manos nadie del Ejecutivo, y que ahí se resuelva, que conforme a derecho él se defienda”.
¿No es, acaso, desde el primer día de su administración, el vocero de la Fiscalía? ¿No se atrevió, incluso, a negar que una joven estuviera desaparecida, aunque días más tarde apareció muerta y desmembrada? ¿No se atrevió a tachar de “delincuentes” a jóvenes detenidos por la policía estatal, inventándoles el delito de “ultrajes a la autoridad”? ¿En qué momento los temas policiacos dejaron de ser asuntos del gobernador?
Dice que el caso de Tito Delfín no es político, pero les sugiere a los reporteros (siempre “tira línea”) que “averigüen cómo fue su gestión como alcalde:
“Habría que preguntarle al pueblo de Tierra Blanca, que vayan y le pregunten sobre la época de Tito, qué pasó con el parque, con el basurero, con los 70 millones de pesos que se perdieron, la gente lo sabe y que se diga eso; que se reporte en los medios qué opina la gente de Tierra Blanca de que se haga justicia ante los robos de esa época, porque fueron descarados”.
Pero no, no es político.
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Epílogo.
Es cierto que estos gobiernos de la 4T no le tienen mucha estima a la Iglesia Católica, pero sería útil que pusieran atención a lo dicho por el arzobispo de Xalapa, Jorge Carlos Patrón Wong: “se viven niveles de corrupción, de violencia y de impunidad jamás vividos, por lo que es momento de hacer una reflexión”. *** El excandidato al gobierno estatal, exdirigente del PRI en la entidad y exsenador Héctor Yunes Landa insiste en su propuesta de elaborar una “agenda de emergencia por Veracruz”. Como lo dije en su momento, esta iniciativa, que seguramente tiene muy buenas intenciones, parte de una errónea premisa: que Cuitláhuac García aceptará que el estado vive una situación de emergencia. Eso nunca sucederá, ni aunque vea que se hunde el barco.
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