Ricardo Mejía es el subsecretario de Seguridad Pública en el gobierno de la Cuarta Transformación. Este funcionario ha estado acudiendo a las conferencias mañaneras del presidente López Obrador con el afán de ser visto y para que los coahuilenses lo reconozcan, a pesar de que el señor hace 14 años que no vive en Coahuila. ¿Cuál es la finalidad? Pues promoverlo para que Ricardo Mejía sea el próximo gobernador de ese estado. Sobre el tema el periodista Carlos Loret de Mola señala los vínculos que Ricardo Mejía tiene con personajes señalados por sus vínculos con el crimen organizado. En primer lugar, habría que señalar a Salvador Llamas, el funcionario del agua en Puerto Vallarta que fue asesinado en el Sonora Grilla de Guadalajara. Otros los anota Loret de Mola: “En la lista también destaca el exdiputado Noé Garza Flores, también cercano a los Moreira (exgobernadores). Noé Garza está siendo investigado por desvío de recursos por más de 30 millones de pesos (…) Ariel Maldonado Leza, compadre y abogado de Moreira y consejero nacional de Morena. Fue funcionario de la Agencia Antisecuestros de la PGR en tiempos de Zedillo, sentenciado a 19 años de cárcel por secuestrar a un empresario (…) También Tony Flores y de su hermana, la alcaldesa de Muzquiz, Tania Flores, alias “La reina del carbón”. Patrones del coyotaje mineral, se jactan de ser la principal fuente de financiamiento de la campaña de Berdeja (…) También destaca la íntima relación con Ricardo Peralta. Se dicen “tocayo”. Peralta ha sido señalado por su relación con el Rey del Huachicol, Sergio Carmona, asesinado en noviembre del 2021, además de por sus vínculos con la mafia aduanera, casinera y de grupos armados al margen de la ley”. Este es el aspirante que tiene toda la bendición de López Obrador, el “rey del cash”.
De la “verdad histórica” a la “verdad histérica”. Como López Obrador quería resultados en caso Ayotzinapa, Encinas lo apresuró todo
Se imagina usted tener encima al presidente de México, pidiéndote resultados de un caso ocurrido ocho años atrás, en el que las evidencias fueron ocultadas, alteradas, destruidas. Alejandro Encinas aceptó que el presidente de México lo presionó para dar resultados. En una entrevista para The New York Times, Alejandro Encinas relató: “El presidente me dijo, ‘¿qué pasó? Ya informa’ [...] Nos quedan dos años de gobierno y nosotros tenemos que dar resultados y la fiscalía tiene que judicializar”. Ante ello Encinas se basó en más de 400 capturas de pantallas entre los supuestos líderes del crimen organizado con autoridades municipales, estatales y federales. Sin embargo, a Alejandro Encinas ni a su Comisión de la verdad le dio tiempo de verificar si esas pruebas eran ciertas. Apresurado por el presidente Alejandro Encinas inició un relato basado en esas pruebas, es decir, pasamos de la “verdad histórica” a la “verdad histérica”. En esa entrevista para NYT Encinas reconoce que su versión de lo ocurrido en el caso Ayotzinapa se está desmoronando. Al final de esa entrevista el influyente periódico norteamericano concluye: “Se desecharon órdenes de aprehensión giradas en contra de sospechosos militares clave. El fiscal principal (Omar Gómez Trejo) renunció. Y ahora, la columna vertebral del nuevo y explosivo reporte del gobierno está en duda”.
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Manuel Espino le dijo a López Obrador que en seguridad están peor que antes. Por eso le ofreció dialogar con grupos criminales
¡Qué claridoso el expanista Manuel Espino! Al parecer el señor acaba de inventar el agua hervida. Ante la situación que vive el país, donde las balaceras y ejecuciones están a la orden del día, Manuel Espino acudió con el presidente y le dijo sobre el tema de seguridad: “No solamente no lo hemos logrado, sino que lo hemos empeorado. Hoy estamos peor que al principio en materia de seguridad y le ofrecí llevarle una propuesta y le dije que iba a hacer muy atrevida”. ¿Se puede usted imaginar al presidente López Obrador cuando le dijeron que en su gobierno había empeorado la situación de seguridad en lugar de mejorarla? Un López Obrador que sigue diciendo que su estrategia de “abrazos, no balazos” está dando resultados. Ante este panorama a Manuel Espino se le ocurrió una gran idea, negociar con los líderes del crimen organizado. Claro, ahora dice que primero va a dialogar, pero de lo que se trata es de negociar. Manuel Espino declara: Yo le dije al secretario de Gobernación que la propuesta que puse en sus manos era buscar la manera de hacerla llegar a alguno de los grupos del crimen organizado en México, y logré hacerla llegar, y solamente recibí respuesta de dos: ‘Si esto se hace en México le entramos’”. ¿Qué es lo que les habrá ofrecido Manuel Espino a cambio de la paz? Ignorará Espino que, al parecer, todo indica que desde otras instancias el gobierno de López Obrador ya negoció con los cárteles de la droga. ¿O no es así Ovidio Guzmán?
Armando Ortiz
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