¿Cómo distraer de la ineficacia y de la represión? ¿Cómo evitar que los veracruzanos piensen en el fracaso intencional y en la prepotencia? Pues armando un circo el día de tu comparecencia. Un funcionario serio, eficaz, que sirve a los veracruzanos no tendría necesidad de llevar batucadas, piñatas y bailarines. ¿A cuántos alcaldes no presionaría el llamado Bola 8 para obligarlos a que llevaran contingentes para que lo vitorearan y lo recibieron como al “Nerón veracruzano”, ese que toca la lira mientras Veracruz se incendia? Un secretario de Gobierno rijoso, pendenciero, mentiroso, que presume entre sus logros que en su oficina no haya habido acusaciones de acoso; ¿habría que preguntarle cuántes acusaciones de encubriendo de acoso hubo o hay todavía? Aunque mejor habría que preguntarle cómo administra ese acoso, cambiando a los acosadores de oficina como lo hiciera con su amigo Fernando “Q”, a quien le toleró por muchos años su conducta depredadora. Sobre su amigo Fernando “Q” la víctima refería: “El trato hacia mi persona desde hace más de un mes raya en lo déspota, misógino y grosero, ya que sus comentarios son denigrantes hacia cualquier servidor público; en especial hacía las mujeres, mostrando una actitud de acoso hacía aquellas que cumplen con sus ‘estándares de belleza’”. Claro, todos recordamos el trato que da el Bola 8 a los alcaldes que no se someten a sus caprichos, pero también el trato de los alcaldes que sí se someten a sus caprichos. Como es el caso de Javier Hernández Candanedo, quien hasta lo anda retratando en las paredes de Misantla. Por eso se necesita armar un circo el día de las comparecencias, para que este “payaso de rodeo” se luzca entre los diputados.
Solalinde, del activismo loable a la sumisión abyecta. Llama a salir a marchar con AMLO; Solalinde defendía a Migrantes, hoy sólo defiende al presidente
En algún tiempo Alejandro Solalinde era referente del activismo social a favor de los migrantes. Solalinde era un sacerdote que encaraba a los gobernantes. Lo hacía de manera tan frontal que en algún momento su vida peligró. Todo eso, el prestigio, la lucha, el activismo social, se fue por la borda cuando Alejandro Solalinde, en lugar de defender a los migrantes, se puso a defender a López Obrador. Su defensa es en ocasiones tan irrazonable que ha caído en la abyección. En esta ocasión el sacerdote católico se puso a favor de la marcha a la que está convocando el presidente, la llamada “Marcha de la Venganza”. La marcha de un presidente machista que quiere demostrar que él la tiene más grande. Sólo cheque usted el grado de abyección de Solalinde: “Esta movilización sólo es para acompañar al mejor presidente de la historia de México. Con mi presencia, yo quiero seguir apoyando lo que desde su campaña vislumbré: un cambio verdadero como es esta revolución de las conciencias”. ¿Cuál cambio? La pobreza sigue, la corrupción sigue, le represión en contra los migrantes sigue, el influyentismo sigue, el saqueo sigue; hasta el presidencialismo regresó. Lo que es peor, el narco se está apropiando del poder, estado por estado, como si fueran feudos. A pesar de la evidente realidad, Solalinde declara: “Estoy seguro y convencido de que vamos por el camino correcto con esta revolución pacífica, que se basa en la opción preferencial por los pobres, pero sobre todo a partir de una opción de amor, no de odio”. ¡Así o más abyecto!
|
AMLO dice que, de no ser por lo pobres, ya lo habrían derrotado los conservadores. El presidente lo necesita a usted jodido, para que siga votando por él
El colmo del cinismo, la cumbre del populismo. Que un mandatario tenga que agradecer a los pobres por mantenerlo en el gobierno, cuando los gobernados son los que deberían agradecer a un gobernante por sacarlos de la pobreza. En alguna ocasión el mismo López Obrador dijo que son las personas con menos estudios, los más ignorantes, los que votaban por su partido, Morena. Tal vez por ello no extraña que las políticas sociales de este gobierno, antes que sacar a los pobres de su condición, crean más pobres entre las poblaciones marginadas. Porque son los pobres, dice López Obrador, los que lo mantienen en el poder. Durante la conmemoración del 112 Aniversario de la Revolución Mexicana el presidente dijo: “En todo caso, la traición contra Madero ayuda a entender el porqué de nuestra estrategia política; si no estuviéramos respaldados por la mayoría de los mexicanos y en especial por los pobres, ya nos habrían derrotado los conservadores o habríamos tenido que someternos a sus caprichos e intereses para convertirnos en simples títeres o peleles, de quienes ya se habían acostumbrado a robar y a detentar el poder económico y político en nuestro país. Ya se sentían los dueños de México”. Por ello, si es usted uno de los pobres que votaron por AMLO, no esperé que el presidente lo saque de esa condición, porque él lo necesita jodido para que siga votando por él.
Armando Ortiz
Twitter: @aortiz52
@lbajopalabra |