Pero resulta que a algún funcionario con pocas luces -de ésos propios del cuitlismo- se le ocurrió remodelar un área del Instituto y le gustó el lugar de la Oficina de Patentamiento para poner ahí la oficina regional del Conacyt, que ya tenía un espacio bastante decoroso y cómodo dentro de las mismas instalaciones del Inecol.
Pero como en la entequez del pensamiento de los adalides de la Cuarta Transformación de Veracruz (la 4TV) no cabe el que algo se haga bien o que tenga resultados, pues se dieron a la tarea de desmantelar la oficina y con ella “un espacio moderno, creado con visión de futuro, que tenía una sala de juntas para recibir jóvenes emprendedores, investigadores, empresarios y demás usuarios, y estaba rodeado de un ecosistema de innovación”.
El ilustre investigador se queja de que “cuando a México le urgen patentes propias y en Veracruz no hay otras opciones, esta acción es muy lamentable. Construir es muy difícil, destruir muy fácil. Así no se construye patria, y así no se avanza en modernizar al país, ¡sino todo lo contrario!”
Don Martín Ramón se pregunta cómo es posible que el Gobierno del Estado haga una remodelación innecesaria “en tiempos de la supuesta austeridad draconiana ordenada por el Presidente.”
Y culmina el experto en ecología con esta admonición:
“Las y los jóvenes de México merecen un mejor futuro y requieren de una visión moderna/futurista del país, con un fomento permanente a la innovación, la creatividad, y a la generación de empleos anclados en empresas de base tecnológica, amigables con el ambiente y con arraigado compromiso social. Duele mucho que una ilusión y contribución por un mejor futuro, sea pisoteada de esta manera.”
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