Fue la ministra Yasmín Esquivel quien informó a AMLO que la Ley decretada en Veracruz para impulsar más a Rocío Nahle se había caído, y su fracaso se debía, primordialmente, a los pésimos argumentos del congreso estatal para sustentar el “derecho a ser veracruzano”.
Si bien es cierto el rechazo a uno de los aspectos de la apodada “Ley Nahle” no dejaba fuera a la secretaria de la contienda, (pues la misma legislación federal la faculta comprobando cinco años de residencia efectiva), los yerros de Morena en el congreso de Veracruz eran inauditos.
Flaco favor le hicieron en la legislatura estatal a Nahle levantando el polvo de manera innecesaria, pues sin necesitar (en estricto sentido), validarla como veracruzana por “tener hijos o hijas nacidos en el estado”, la desgastaron más evidenciado una probable preocupación por perder la candidatura.
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