Con esa información bancos, financieras o cualquier acreditante puede tener elementos para decidir si dar un préstamo o no, y aunque dicha información no siempre es determinante; lo cierto es que Buró de Crédito ha sido muy temido porque estar reportado en él con un mal comportamiento es casi como estar en la “lista negra” de los bancos.
Bueno, muestra de ello es que el temor de aparecer en el Buró ha sido capitalizado como un negocio de estafadores que ofrecen “limpiar el Buró” a cambio de un pago, lo cual es simplemente imposible.
Dado que si bien se puede ser eliminado de Buró esto sucede por el simple transcurso del tiempo y la cuantía de las deudas, sin que tenga que pagarse nada o contratar a un tercero para que lo haga, es decir no es que la deuda desaparezca, es que esos datos dejan de tener importancia para un acreditante.
La consulta de información desde luego también puede hacerla el interesado en conocer qué almacena esa base de datos de su persona o empresa, de hecho es hasta sano -y gratuito- que una vez por año, cada uno de nosotros pueda consultar su Buró para evitar que alguien haya contratado sin autorización algún crédito a tu nombre; o para comprobar que si pagaste una deuda, aparezca también en el Buró ese buen historial crediticio y así continuar siendo sujeto de créditos.
Claro que existen candados informáticos y de identificación de los usuarios para poder acceder, por eso siempre les recomiendo evitar que vayan a un ciber o internet público a imprimir su Buró, porque exponen sus datos confidenciales.
Buró no es la única sociedad de información crediticia operando en México, pero sí la primera y se suponía hasta hace una semana, la mas segura.
Pues fue hace ocho días que la empresa dio a conocer a través de un comunicado oficial, que se enteró por redes sociales de la venta por ese medio de información que era de su propiedad, bueno, propiedad de sus usuarios; y que pudo comprobar que la información a la venta si guardaba coincidencia con sus bases de datos de 2016, aclarando que se obtuvo sin su consentimiento y que por ello ya se habían interpuesto las denuncias correspondientes.
Sin dar mas detalles de su parte y tampoco precisar quienes son los usuarios afectados o informarnos con certeza el alcance o uso (mal uso) que puede darse a esos datos que se vieron vulnerados, es decir; que información de nosotros como clientes en específico es la que anda circulando en redes sociales.
Lo más que ha ofrecido es una liga o enlace en donde podemos verificar de manera personal si resultamos afectados en ese robo o hackeo que dice haber sufrido. O sea, no es posible.
Como tampoco es posible que hasta la fecha ni la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, ni el Banco de México, o la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, ya ni se diga PROFECO o CONDUSEF hayan hecho algún pronunciamiento sobre este delicado tema.
Pues a ellos les corresponde revisar y regular el cumplimiento de las Leyes que dan marco a las operaciones y actuación de esta Sociedad de Información Crediticia.
Es grave el robo; pero es más grave que en este momento en donde se observa un aumento en los robos de identidad y fraudes bancarios no contemos con autoridades reguladoras que protejan nuestra seguridad y nuestro patrimonio, pues si no hay consecuencias se alienta la incidencia del ilícito.
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