¿Los morenistas encumbrados en los gobiernos, municipal, estatal y federal, tienen el legitimo derecho de pelear electoralmente por permanecer en el poder?. Claro que si.¿Se imaginan 18 años de “lucha” o de andar de arriba abajo por todo el país pregonando sus atractivas propuestas de combate a la corrupción, justicia para todos, atemperar de inmediato la violencia, mejor educación, salud garantizada para todos… y una larga retahíla de promesas que conquistaron al más recalcitrante partidario de la abstención para ir a participar con su voto en el cambio que se prometía, para solo permanecer en el poder un sexenio?, pues claro que no.
Por eso el PRI se mantuvo más de 70 años en el poder. Primero porque se apropiaron de la última revolución armada que derrumbó al general Porfirio Díaz del poder, cuyo principal lema fue el de "Sufragio efectivo, no reelección", y reivindicaban derechos laborales así como la repartición de tierras que buscaban grupos sociales contrarios a Porfirio Díaz.
Confirma la historia, que el PRI fue fundado el 4 de marzo de 1929 bajo el nombre de Partido Nacional Revolucionario (PNR) por el expresidente Plutarco Elías Calles. En 1938 fue reconstituido como Partido de la Revolución Mexicana (PRM) y en 1946 fue refundado, adoptando su nombre actual. Fue el partido gobernante en México durante más de setenta años consecutivos, de 1930 a 2000. En 1988 sufrió su mayor escisión, con la separación de la Corriente Democrática, que derivó en la creación del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
A lo largo de sus nueve décadas de existencia, el partido ha adoptado una amplia variedad de ideologías, a menudo determinadas por el presidente en turno. En sus inicios se definió como un partido con ideales de izquierda, marcado por la recién terminada Revolución Mexicana. En la década de 1980 el partido fue sometido a diversas reformas de corte neoliberal que formaron su actual encarnación, con políticas identificadas como de centro-derecha, tales como la privatización de empresas estatales, restablecimiento de las relaciones con la Iglesia católica y la implementación de un capitalismo de libre mercado.
A pesar de ser un miembro íntegro de la Internacional Socialista (junto con su rival, el partido de izquierda PRD), el PRI en la práctica no es considerado un partido socialista ni social demócrata.
La plataforma partidaria actual aboga por un equilibrio económico entre el bienestar social y el capitalismo, el impulso de la cultura mexicana, modernización del campo, el federalismo, la paridad de género, el uso de energías sostenibles, el fortalecimiento de la seguridad nacional, la división de poderes y establecer un nuevo pacto fiscal.
Los últimos periodos sexenales en el poder, los priistas tuvieron que recurrir a la trampa para ganar en las urnas donde ya los aborrecían, ahí surgieron los acarreos, el trabajo de concientización en el campo, el robo o embarazo de urnas el día de la elección, y un sin fin de trucos a los que tuvieron que recurrir porque veían que el poder se les escapaba de las manos, hasta que, como decía López Portillo, la corrupción se corrompió, los “operadores políticos” a quienes se entregaban millonarias cantidades de dinero para la compra del voto en vez de cumplir con sus tareas se lo robaban y las consecuencias naturales fueron la pérdida de posiciones políticas en todo el país hasta que en el 2018 tronó.
En la 4T la corrupción se corrompió
La nota periodística que publicó en NOTIVER la estupenda periodista Noemí Valdez, comentada por el compañero Arturo Reyes Isidoro en su columna Prosa Aprisa, basada en un audio filtrado y confirmado que ha causado revuelo político en el estado, en la que el Subsecretario de Administración de la Secretaría de Seguridad Pública, Ulises Rodríguez Landa, preside una reunión con empleados de esa secretaría a los que asesora sobre qué es lo que tienen que hacer y con que instrumentos (un periódico), para amarrar el voto morenista en las próximas elecciones, es un botón de muestra de lo que sucede en casi todas las dependencias del ejecutivo.
El gobernador ya lo ha dicho: “Ulises es uno de nuestros operadores políticos”, o sea no hay problema, pero si lo hay. El periodista Arturo Reyes nos recuerda el pasaje fatídico de un asunto similar que le tocó vivir al entonces compadre del gobernador Javier Duarte de Ochoa, nos referimos a Salvador Manzur Díaz en aquel entonces Secretario de Finanzas del gobierno del estado, a quien sorprendieron con un video afirmando que “los programas sociales son oro molido” en un proceso electoral, en una clara manipulación de los recursos públicos destinados a los programas sociales.
En aquel tiempo el video con audio que se filtró a los medios provocó que el entonces presidente del PAN Gustavo A. Madero, denunciara penalmente a Manzur quien de inmediato fue separado del cargo de Secretario de Finanzas y a la fecha sigue evadiendo mediante amparos y juicios penales la justicia. Esto es lo medular del asunto de Ulises Rodríguez Landa, que sea operador político de MORENA a nadie le causa daño, pero que utilice los recursos públicos y en horas de trabajo, obligando a los empleados a participar en las jornadas de convencimiento para que la gente vote por el partido en el poder, es sin lugar a dudas un delito que seguramente se va a denunciar ante las instancias correspondientes, como cuando Chava Manzur hizo lo mismo.
Se entiende que los morenos se enamoraron del poder, que les ha ido muy bien en los negocios, pero recuerden, sobre todo la bola de priistas colados en este gobierno ex operadores electorales priistas, que Miguel Ángel Yunes hizo lo mismo, pero la burocracia cansada de ver tantos latrocinios se le volteó y votaron por MORENA. Por cierto, la candidatura del PRI ya la había entregado Enrique Peña a AMLO.
A Benito Rivers lo ejecutaron
El peritaje independiente sobre la muerte del actor Octavio Ocaña determinó que no se suicidó ni manipuló un arma de fuego, y contrario a la versión difundida por la Fiscalía del Estado de México, habría recibido un disparo de un arma superior al calibre .380 cuando se encontraba acostado sobre la carpeta asfáltica. Según las conclusiones del criminalista Mauricio Reséndiz, a petición de la familia, y de las que MILENIO tiene copia, se encontraron contradicciones con la versión hasta ahora conocida.
El peritaje establece que “no existen indicios de huellas en el arma calibre .380 sin número de identificación, que determine el uso, tenencia y manipulación por parte del occiso”. Además, no hay “producción e intercambio de indicios de carácter químico”, como plomo, bario o antimonio que establezcan que Ocaña accionó algún arma el día los hechos, por lo que en el estudio, elaborado con actas médicas, dictámenes periciales, inspecciones, entrevistas e indicios recabados en la carpeta de investigación, se concluye que “no realizó ninguna acción tendiente al suicidio”.
Sobre las marcas del lado del conductor de la camioneta de Ocaña, concluye que “no corresponden a un disparo de un arma de fuego calibre .380”, y de acuerdo con las características de la lesión, “se puede concluir que la lesión es de un calibre superior”.
Finalmente, cuestiona la mecánica de hechos aportada por el perito Juan Carlos Piña la cual, no sería “coincidente con los indicios producidos dentro del vehículo en el que viajaba”, y se determina que el actor habría sido prácticamente “ejecutado”.
Según este informe, tras el impacto de la camioneta, Ocaña fue obligado a bajar, ubicándolo boca abajo con la cabeza hacia el lado derecho sobre la carpeta asfáltica durante maniobras de aseguramiento por parte de los policías, momento en el cual una persona dispara a una distancia mayor a un metro hacia el cráneo del ahora occiso.
REFLEXIÓN
Le sobra razón al alcalde de Xalapa Ricardo Ahued Bardahuil cuando afirma: “El actuar y el legado de Benito Juárez son un ejemplo de políticas a seguir para la Administración Pública; debemos estar conscientes de la situación del país y replicar sus prácticas de honradez y transparencia para un buen gobierno”. Escríbanos a mrossete@yahoo.com.mx | formatosiete@gmail.com |
