¿Esto significa que la sucesión presidencial ya está decidida? Por supuesto que no. De un año a otro las circunstancias pueden cambiar. Pero lo cierto es que a día de hoy, no se ve cómo la oposición pueda hacerle frente a una aplanadora que basa su fuerza en el discurso populista, la política clientelar y, particularmente, los yerros de sus adversarios en los partidos opositores, que siguen sin entender que no pueden lograr resultados diferentes haciendo lo mismo de siempre.
La victoria de Morena en el Estado de México -en la cual tuvo mucho que ver el gobernador Alfredo del Mazo, quien jamás apoyó a la candidata de “su” partido, Alejandra del Moral- pone nuevamente sobre la mesa la viabilidad de la alianza opositora entre PRI, PAN y PRD. Sobre todo, en el caso de los dos primeros, pues el partido del “sol azteca” desaparecerá en el momento que se disuelva esa coalición.
Cada vez más voces al interior de Acción Nacional se cuestionan si aliarse con el PRI del impresentable Alejandro Moreno Cárdenas les dejará algún beneficio de ahora en adelante. Y se ha puesto en la balanza la posibilidad de cambiar de aliados y de mirar hacia Movimiento Ciudadano, con el que además de tener menos divergencias ideológicas, políticas y simbólicas, podría resultar un poco más atractivo que ir unido a un membrete que ya está en franca decadencia.
El PRI se debate en su propio laberinto interno. Aun cuando controla todos los órganos de dirección, Alejandro Moreno enfrenta una creciente oposición dentro del tricolor que seguramente se ampliará tras la derrota en el Estado de México. Conociendo cómo opera, el campechano buscará cerrarle todos los canales a esa disidencia, que podría terminar protagonizando una diáspora hacia otros partidos -en especial, a Morena, donde muchos priistas han encontrado acomodo sin que les parezca molestar mucho, ni a ellos ni a sus “nuevos amigos”-, que termine dejando al otrora partido hegemónico de este país convertido en un cascarón vacío.
Si la oposición quiere ser competitiva en 2024, evitar que Morena se engulla todo y México retroceda a un sistema de partido único y voluntad unipersonal, necesita definir ya una candidatura fuerte y que, de preferencia, surja de la sociedad civil, de la ciudadanía. Algo a lo que ninguno de los partidos -los oficialistas incluidos- parece estar dispuesto.
Y sobre todo, tendrían que darse cuenta que mientras basen su discurso únicamente en el ataque al obradorismo y no le hablen a la gente en su mismo idioma, no habrá manera de revertir lo que este domingo se convirtió en la premonición del escenario sucesorio, al que habría que sumarle el hecho de que en 2024 lo que habrá es una previsible y salvaje elección de Estado.
El problema es que la mezquindad es lo que predomina en nuestra partidocracia, ciega y sorda. Y en último lugar, queda la ciudadanía.
Para gente grande: adiós al gran Ricardo Rocha
La muerte del periodista Ricardo Rocha este domingo, mientras trabajaba en la cobertura de la jornada electoral, es tan simbólica como dolorosa. Su partida cierra un ciclo en el periodismo y en la comunicación en México, al igual que esta elección marca un cambio de época.
Vaya un sentido adiós a un periodista para gente grande.
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