Se sentó en una mesa, puso la regla en posición vertical y frente a ella a la pulga. A su lado abrió el cuaderno y comenzó su experimento/investigación: —Pulga de seis patas, ¡salta!
Siguió con la mirada y con el movimiento de su cabeza el brinco del insecto, observó detenidamente y anotó en su cuaderno: “Pulga de seis patas, salta 15 centímetros”.
Con las pinzas de depilar le quitó una pata al sifonáptero y lo depositó otra vez frente a la regla: —Pulga de cinco patas, ¡salta!
Y anotó: “Pulga de cinco patas, salta 12 centímetros”.
Le quitó una extremidad más al parásito y le ordenó: —Pulga de cuatro patas, ¡salta!
Nueva indicación en su cuaderno: “Pulga de cuatro patas salta 10 centímetros”.
Repitió la operación, y ordenó: —Pulga de tres patas, ¡salta!
En el cuaderno: “Pulga de tres patas salta 8 centímetros”.
Siguió el experimento: —Pulga de dos patas, ¡salta!
“Pulga de dos patas salta 5 centímetros”.
—Pulga de una pata, ¡salta!
“Pulga de una pata salta 2 centímetros”.
Finalmente, quedó el animalillo sin patas, lo depositó suavemente frente a la regla y lo conminó: —Pulga sin patas, ¡salta!
La pulga no hizo ningún movimiento, y por eso el seudocientífico chairo repitió: —Pulga sin patas, ¡salta!
Así que escribió la conclusión de su importante estudio:
“Pulga sin patas, ¡se queda sorda!”
Ésta es, en forma de chascarrillo, una muestra de cómo están preparados los militantes de la 4T que llegaron a suplantar a muchos preparados funcionarios en áreas decisivas de la administración pública en todo el país.
Por eso nos está yendo de tal modo.
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