Muchas de las veces en las que el gobernador Cuitláhuac García ha aportado datos que -sabemos todos- son falsos, lo hemos atribuido a su desconocimiento de la ciencia del Derecho. Él es ingeniero y, como todo ciudadano, tiene ideas generales -aunque muy limitadas- de las leyes que nos rigen.
Sin embargo, lo expresado este miércoles en su conferencia de prensa, acerca del caso de la juez Angélica Sánchez Hernández, ya no puede ser atribuido a su ignorancia de la materia, sino a un afán específico de ensuciar el prestigio de una profesional de las leyes.
García Jiménez se queja de que el sistema judicial federal “defienda a delincuentes”, haciendo a un lado, sin el menor rubor, un principio fundamental de las garantías individuales, que es la presunción de inocencia.
El amparo concedido a la juzgadora, por un tribunal colegiado, es consecuencia de la mala actuación del juez de control que le impuso, de manera desproporcionada, una medida cautelar que debería ser utilizada sólo en casos excepcionales.
Para sustentar su dicho, el gobernador advierte que “no se trata de cualquier persona” sino de la juez que “permitió la liberación” de Itiel Palacios, acusado por las autoridades como un narcotraficante.
Vuelve a mentir el gobernador de manera flagrante. Angélica Sánchez Hernández no decidió, por sí misma, la libertad de Itiel Palacio; lo hizo acatando la determinación de un tribunal colegiado.
En el caso del sujeto al que puso en libertad (que fue detenido nuevamente, de forma inmediata, pues las autoridades carcelarias dilataron su liberación hasta que la Fiscalía de Veracruz consiguió una nueva orden de aprehensión), sigue siendo inocente de los cargos que le imputan y, por lo tanto, no se puede cuestionar de ninguna forma el desempeño de la juzgadora.
Lo verdaderamente grave, fue lo expresado por el gobernador: Dijo que durante su gobierno han sido detenidos 95 jefes de plaza, pero que “los están liberando” y que ahora “liberan a los que lo liberaron”.
Y fue más allá: “La sociedad tiene que saber dónde está la putrefacción; proteger la corrupción, dónde está la corrupción todavía y quiénes estamos combatiendo la corrupción; quiénes están defendiendo delincuentes y quiénes estamos contra los delincuentes”.
Cuitláhuac García debería poner especial atención a la parte que le corresponde, que es la procuración de justicia. Si los que ellos consideran que son “jefes de plaza” han obtenido la libertad, deben revisar todo el engranaje de la justicia, desde la investigación y detención de los presuntos responsables, para luego pasar a revisar la integración de las carpetas de investigación, y sólo después de verificar que esos pasos hayan sido bien cubiertos, entonces podrán cuestionar la actuación de los jueces.
Ya lo dijo la mañana de este miércoles, en Xalapa, el senador con licencia Ricardo Monreal: “Es muy lamentable, muy triste ese tipo de justicia que imparte el Poder Judicial de Veracruz; yo creo que es de los estados con mayores problemas con la impartición de justicia”.
Y Ricardo Monreal sabe de lo que habla. Tuvo que intervenir de manera directa para exhibir dos casos evidentes de abuso de autoridad: la detención de seis jóvenes a los que se les fabricó un escenario de “ultrajes a la autoridad” y la actuación contra su secretario técnico en el Senado, José Manuel del Río Virgen, a quien la Fiscalía de Veracruz involucró en un homicidio, sin tener una sola prueba para ello.
Hoy Cuitláhuac García ya sabe de lo que habla, y a pesar de ello les miente a los veracruzanos.
* * *
Epílogo.
Ya quedó claro que la población, al menos en Poza Rica, no considera a la policía como “su aliada” en el combate a la delincuencia. *** Este miércoles, cuando pobladores de aquel municipio protestaban por los abusos policiacos, fueron reprimidos por granaderos que lanzaron bombas de gas lacrimógeno. *** La reacción violenta de los uniformados encendió los ánimos y los manifestantes lanzaron piedras contra las instalaciones de la policía. *** Con el respaldo del Grupo Antimotines, los elementos de Seguridad Pública arremetieron contra los manifestantes, bloquearon el camino a los autobuses en los que se retiraban y detuvieron con lujo de violencia a los que ellos identificaron como los dirigentes de la marcha. *** Todo aquello de lo que Cuitláhuac García se quejó cuando era un ciudadano “de a pie”, ahora lo replica.
filivargas@gmail.com |