El terreno de 462 hectáreas ubicado en Texistepec, Veracruz, y destinado para uno de los cuatro Polos de Desarrollo licitados por la Secretaría de Economía del gobierno federal, se ubica en una zona mayormente pantanosa, con acceso al agua del río Chiquito a más de cinco kilómetros de distancia.
Otro Polo de Desarrollo -licitado- se ubicará en el municipio de San Juan Evangelista, cuyos límites con su vecino Sayula de Alemán le permitieron agenciarse el mega proyecto a partir de los altos precios de sus terrenos exigidos por ganaderos de Medias Aguas.
El de Medias Aguas es un puerto seco estratégico al constituir un nodo donde convergen todas las vías del sureste de México: desde Mérida y su paso por Campeche, Tabasco y el sur veracruzano industrializado con los complejos petroquímicos de Coatzacoalcos, la refinería de Minatitlán y las empresas de Cosoleacaque y Jáltipan; hasta el municipio de Tapachula, Chiapas, donde termina México e inicia Guatemala.
Esta ruta del pacífico atraviesa Salina Cruz, La Ventosa, la zona zapoteca de Tehuantepec, Juchitán, Matías Romero, en Oaxaca; así como la parte veracruzana con Jesús Carranza -municipio vecino de Valle del Uxpanapa-, colindante con la selva de Los Chimalapas.
Todas las vías del tren del sureste conducen a Medias Aguas, en Sayula de Alemán, Veracruz, pero el Polo de Desarrollo ya licitado se instalará ahí nomás, juntito, en territorio sanjuaneño. Tanto en Texistepec como en San Juan Evangelista los terrenos para Polos de Desarrollo tienen cercanía con la carretera federal 185, enlace entre las ciudades y puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos; que a su vez conecta con la carretera 180 o costera del Golfo en el municipio de Acayucan, llamado por esto la llave del sureste.
También son cercanos al tren transístmico y en el caso de Texistepec su predio para Polo de Desarrollo se ubica muy cerca de la autopista Cosoleacaque-Sayula de Alemán, tramo que enlaza la carretera a cuatro carriles proveniente desde Tabasco y el resto del sureste, para vincular a los viajeros con la ciudad y Puerto de Veracruz, así como Córdoba, Orizaba -o Xalapa-, Puebla y la ciudad de México.
Esta autopista permite el arribo a Coatzacoalcos, no así a Salina Cruz. La descripción corresponde a una red carretera añeja, cuya proyección dio inicio desde la primera mitad del siglo XX y se fue modernizando a lo largo de varios sexenios.
Amén de Texistepec y San Juan Evangelista, los otros dos Polos de Desarrollo de Veracruz -ya puestos a concurso para empresas interesadas en colocar allí sus fábricas- se ubican en Coatzacoalcos y se les ubica como los Polos 1 y 2.
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Hay una diferencia substancial entre los predios para Polos de Desarrollo en Coatzacoalcos y los destinados en Texistepec y San Juan Evangelista.
Los del antiguo Puerto México gozan de infraestructura al hallarse dentro de uno de los puertos más importantes del Golfo de México.
Junto a la Administración Portuaria (API) de Coatzacoalcos se ubican tres Complejos Petroquímicos: Pajaritos, Cangrejera y Morelos.
Muy cerca, en el vecino municipio de Nanchital de Lázaro Cárdenas, opera un cuarto Complejo Petroquímico: el de Braskem-Idesa, vinculado empresarialmente a la firma brasileña Odebrecht, cuya vocación corrupta mantiene preso al ex director de PEMEX, Emilio Lozoya Austin.
Odebrecht desarrolló tentáculos ilegales en México, América Latina -destaca Brasil- y Estados Unidos, dados a conocer en Estados Unidos en diciembre del 2016; lo cual generó un escándalo internacional desde el sexenio de Enrique Peña Nieto y remite a operaciones político/económicas oscuras, con un alto nivel de corrupción, desde el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa.
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Ahora bien, para efectos de observar cómo se encuentra una parte clave de la infraestructura del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, vale reiterar que los Polos de Desarrollo Coatzacoalcos 1 y 2 tienen acceso a todo: agua, gas, internet -insuficiente, quizá, pero lo tienen- conectividad con autopistas de salida, tren, muelles y grúas nuevas para carga y descarga, cadena de servicios de toda índole, proveedurías -pocas, pero tienen- personal capacitado dada la historia de su industrialización durante más de medio siglo-, energía eléctrica, un aeropuerto cercano -el de Canticas a no más de media hora desde la zona portuaria-.
Además, Coatzacoalcos cuenta con la imperiosa necesidad de inversiones multimillonarias: en dólares.
La última vez que una inversión de talla mundial aterrizó en este municipio, fue entre el 2010 y el 2016, con la creación del Complejo Petroquímico Braskem-Idesa al cual se le canalizaron 5 mil 200 millones de dólares del sector privado con la generación de unos 25 mil empleos directos a lo largo de un lustro.
En el sur le llaman el segundo boom de Coatzacoalcos, en referencia a los años 70s y 80s, cuando se construyeron los complejos Pajaritos, Cangrejera y Morelos, de PEMEX.
El primer boom ocurrió luego del cierre de Poza Rica y la huasteca veracruzana como la capital petrolera de México, a partir de los años 40s y durante las décadas de los 50s, 60s y 70s del siglo pasado.
La diferencia entre la oferta de los Polos de Desarrollo 1 y 2, frente a los polos 3 y 4 en Texistepec y Sayula de Alemán, es abismal.
Quienes se decidan a invertir toparán con una base de infraestructura sólida en Coatzacoalcos, un vacío total en Texistepec -habrá que construirlo todo- y un vacío casi total en San Juan Evangelista -su única ventaja es la cercanía con el puerto seco de Medias Aguas…
CONTINUARÁ…
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