El compañero Andrés Manuel hizo varias afirmaciones que no se pueden comprobar fehacientemente y otras que son ciertas pero tienen sus bemoles.
Voy con las primeras: según él, Rocío Nahle ha sido la mejor Secretaria de Energía en la historia de México y le otorgó una calificación de MB (muy buena) pero luego sintió que se estaba quedando corto y prácticamente la elevó al nivel de E (excelente). Siguió y lanzó al aire sin ningún pudor que la planta refinadora ya estaba concluida en su construcción, peeeero solamente le faltaban algunos detalles. O sea: estaba terminada pero no.
Y entre los bemoles, dedicó buenos minutos de su conferencia matinal a bordar sobre el tema de que Rocío Nahle es veracruzana, aunque no lo sea.
Vamos a ver: según AMLO, la ingeniera zacatecana debe considerarse oriunda de nuestro estado porque ha vivido en Coatzacoalcos durante 36 años, porque fue diputada electa por el distrito de Coatzacoalcos e igualmente senadora por Veracruz. Y no olvidó mencionar que el esposo de la señora y sus dos hijas son jarochos de nacimiento.
Bien, estos últimos datos vertidos por López Obrador son ciertos, pero nada tienen que ver con lo que exigen la Constitución federal y la estatal: residencia y oriundez.
Y tampoco existe la figura de que el Presidente pueda emitir un decreto que declare ciudadana o natural de Veracruz a alguna persona.
De esa manera todos los buenos deseos del Peje se quedan en eso, en deseos que no se conllevan con lo que señalan nuestras constituciones. Pero se va a enneciar en que ella sea, y la Corte Suprema la va a bajar como candidata, o como Gobernadora en el remotísimo caso de que ganara la elección del 2 de junio de 2024.
Como para qué, dijera Pascal Beltrán.
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