Y primera en la lealtad, porque no ha variado un ápice su convicción. No por nada el líder emergente Andrés Manuel López Obrador pernoctaba en casa de la maestra cuando visitaba la capital en su recorrido por la República y pasaba largas veladas con ella y los compañeros locales confrontando ideas, hilando sueños y armando la base social que lo llevaría al triunfo en 2018.
Debo decir que conocí a Gloria Sánchez cuando ambos éramos jóvenes y coincidíamos en nuestros sueños de un México mejor y más justo. Fuimos en un viaje a Cuba con varios compañeros de la Escuela Normal Veracruzana y conocimos lo mejor del socialismo cuando Fidel Castro llevaba apenas 20 años en el poder y seguía siendo un referente para quienes luchaban por una América Latina libre del yugo del imperio yanqui.
Me atrevo a afirmar que en esta tercera edad ambos seguimos teniendo la misma ilusión de aquellos años, pero la vida nos ha llevado por caminos diferentes. Persiste sin embargo en mí el afecto sincero y el reconocimiento a la impecable trayectoria social de esta luchadora incansable, dedicada de lleno a la justicia, la igualdad y la libertad, en todos los sentidos.
En cinco años como representante del pacto federal, la maestra Gloria ha podido entregar buenas cuentas a los veracruzanos porque no ha abandonado su voluntad de gestión, y ha interpuesto en innumerables ocasiones su prestigio, su historia y hasta su patrimonio con el fin de ayudar a los pobres, que siempre han sido lo primero para ella.
Como a muchos veracruzanos de bien, me da un enorme gusto haber podido seguir desde la distancia cercana la carrera inigualable de Gloria desde su formación primera en la escuela y en la docencia, y luego junto a dos luchadores históricos: Heberto Castillo y Andrés Manuel, que siempre le guardaron y han guardado el respeto y la admiración que se merece.
Felicitémonos todos por esta veracruzana de excepción.
sglevet@gmail.com |