En realidad, ese ha sido el estilo Peje a lo largo del sexenio.
Un estilo donde todo se hace al madrazo. En donde la improvisación se convirtió en una forma de gobernar, sin talento, capacidad alguna y en la cual la improvisación prima.
De hecho, es requisito al partir de la premisa de “90% lealtad y 10% capacidad.
¿Qué no salió como se esperaba?
¡Qué importa!
A lo que sigue, aunque en el camino se distraiga el dinero público, se produzcan en abierto transas y se ejecuten obras sin licitar para los amigos de Andy, el hijo del Peje, o se registren enormes baches como el expuesto en la Cámara de Diputados luego de la revisión de la cuenta pública que arroja un preocupante déficit.
Al aprobarse antenoche la Cuenta Pública 2021 gracias al mayoriteo moreno, quedó en claro de parte de la oposición legislativa, a través de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados, que “quedaron sin aclarar 61 mil millones de pesos invertidos en obras insignia del gobierno federal” correspondientes al tercer año de gobierno de López Obrador.
Ello quiere decir que si en un año se extraviaron 61 mil millones ¿Qué va a pasar cuando se haga la cuenta de todo el billullo gastado en 6 años de gobierno?
Y eso no solo es el dicho de los diputados opositores de dicha comisión de la cual forma parte de manera destacada el diputado Pepe Yunes, son el resultado de las observaciones que ha venido haciendo, año con año, la Auditoría Superior de la Federación.
Pepe Yunes dejó claro en tribuna que “si bien la mayoría de esos recursos deriva del ejercicio del gasto federalizado, es decir, del gasto de los estados, cerca de 10 mil millones de pesos son del ejercicio del gobierno federal”.
El 30% de ese gasto federal son observaciones a la Refinería de Dos Bocas, “lo que equivale a 2 mil 600 millones de pesos”, sostuvo ante el reclamo e insultos de la diputación Morena.
En la sumatoria del primer trienio del presidente López Obrador, “estamos hablando de que hay un monto de observaciones por 228 mil millones de pesos lo cual es algo grave”, expuso el peroteño aspirante a la gubernatura de Veracruz.
Año con año, presencia tras presencia en la tribuna más alta de la república, el diputado Pepe Yunes se ha convertido en una piedra en el zapato para el régimen, sobre todo cuando se trata de la revisión del los dineros públicos o posturas abusivas como la presencia de los militares en las calles.
No gusta su modo, tampoco su valentía.
Ello le ha valido, sin embargo, la simpatía, el respeto y respaldo de sus pares en donde cada vez que sube a tribuna es reconocido y aplaudido.
En reciente intervención en el pleno hace un par de semanas fue aclamado con el grito “¡Gobernador! ¡Gobernador! y este reportero fue testigo ayer, en visita a la Cámara de Diputados a invitación expresa, cuan apreciado y reconocido es por los diputados, incluyendo a los de la mayoría morena, quienes no tuvieron más remedio que dar crédito a sus conocimientos financieros y valentía pública.
“Dos Bocas”.
Acaso quede momentáneamente en el olvido intencional uno de los tres proyectos más importante del régimen ya que Rocío Nahle dejó la Secretaría de Energía al garete y el inconcluso proyecto de la refinería no provoca más que justificaciones de “¡ya merito!”, sin embargo, la gente no olvida.
Ahora que Rocío Nahle está en la víspera de ser proclamada candidata de Morena a la gubernatura habrá de quedar en el imaginario colectivo no solo el dinero sin comprobar presuntamente desviado para oscuros fines, sino la nula capacidad para cumplir proyecto alguno en beneficio de la ciudadanía.
Hoy la pregunta obligada es:
Si de los 140 mil millones de pesos, cálculo inicial para hacer realidad “Dos Bocas” se disparó a 340 mil millones de pesos, dejando enormes manchones de duda y una obra a la que habrán de inyectarse otros 6 mil millones de pesos para hacerla realidad ¿Qué va a pasar cuando la Nahle, eventualmente gobernadora no de Zacatecas sino de Veracruz, disponga de un presupuesto anual de 160 mil millones de pesos?
¡Halloween y su terror escenográfico serán el espectáculo de todos los días!
Tiempo al tiempo.
*El autor es Premio Nacional de Periodismo |