La participación -por presencia y entusiasmo- fue impresionante. Al grado que los “espías” de la candidata asumieron que se trataba del “cierre de precampaña” de Pepe Yunes.
No era así. Se trataba de un encuentro con militantes y simpatizantes de las tres fuerzas políticas que conforman el bloque opositor que, además, en su mayoría están afiliados a la organización Antorcha Campesina.
El evento tuvo lugar en Xalapa, en la zona conocida como “reserva territorial” y e recibimiento para Pepe Yunes fue extremadamente cálida.
Pepe Yunes les habló fuerte. Les dijo que esta entidad ya pagó el costo de la improvisación, que ya los veracruzanos saben lo que implica elegir a improvisados.
Les advirtió que el próximo gobierno de Veracruz no va a servir si no es competente y efectivo: tendrá que ser útil, facilitador de la vida diaria de las personas.
Les dijo que los veracruzanos merecen un gobierno que respete los derechos laborales: “No más autoridades que acosen y obliguen a los trabajadores del Estado para que apoyen a un partido político en temas electorales”.
Todos entendieron a qué se refería. Xalapa es una ciudad que cobija a muchos empleados de gobierno. Cualquiera de los presentes en ese evento con seguridad tendría algún familiar o algún amigo trabajando en la burocracia (o, incluso, ellos mismos), y sabía que los están obligando a acudir -sufragando sus gastos- a los eventos proselitistas de la precandidata oficial.
Contrario a lo que se imaginaban “los de enfrente”, el evento de Xalapa fue un “cierre regional”. Este miércoles hizo lo propio en la zona norte y los eventos lucieron pletóricos.
La irrupción de Pepe Yunes como un político de conducta intachable, con conocimiento de la geografía veracruzana, de sus sectores productivos, de sus comunidades, con sus logros y sus necesidades, le dio a este proceso electoral un giro que muy pocos -especialmente desde el gobierno estatal, pero también desde la capital del país- anticiparon.
Pepe Yunes es la antítesis del discurso repetitivo y desgastado de la autollamada “cuarta transformación”. En él no encajan los señalamientos ligeros de corrupción o de malas prácticas. Él, a diferencia de los que hoy gobiernan, sí entiende qué es lo que necesita cada región de esta grande y complicada entidad. Él no sólo sabe cuántos municipios tiene Veracruz, sino que los ha visitado todos y a muchos de ellos los ha ayudado. Quiere ayudarlos más, conoce los problemas que padecen y está convencido de que la mejor plataforma para sacarlos adelante es desde el gobierno estatal.
De nada sirvió la campaña mediática para presumir “más de 30 puntos de ventaja” para la candidata del oficialismo. De muy poco sirvió el incesante acarreo de empleados del gobierno estatal y maestros para llenar, de forma artificial, los mítines de la candidata. Los veracruzanos ya aprendieron que al final, en el momento decisivo, cuando hay que poner una cruz en la boleta electoral, no hay presión ni amenaza que los intimide. Ellos votarán por la opción que les garantice un mejor futuro para sus familias.
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Epílogo.
El gobernador Cuitláhuac García ha mostrado un especial interés por los avances en la construcción del Libramiento de Coatepec. *** Al menos una vez por semana recorre las obras y escucha de los responsables los avances y detalles de esta vía de comunicación. *** Estos trabajos, por cierto, marchan a muy buen ritmo y hasta donde se ha podido observar, se realizan con los más altos estándares de calidad. Ya hacía falta. *** ¿Ha vuelto a ver usted a su diputado local, ese que lo buscó hace tres años para pedirle su voto? Con seguridad no, pero no se preocupe, que se lo volverá a encontrar, pues resulta que dos tercios de los legisladores emanados de Morena o de algún partido satélite, se han apuntado para buscar la reelección. *** Muy pronto tocarán a la puerta de su casa, para pedirle, una vez más, su voto y el de sus familiares. Usted decide.
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