La titular de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, prometió un protocolo de seguridad para evitar ataques a los candidatos. Y es la hora…
Es la hora en que candidatos y candidatas andan recorriendo sus distritos en el desamparo casi total y en Veracruz no la pasan mejor.
Días antes de que comenzaran las precampañas, el gobernador Cuitláhuac García dijo que su gobierno no otorgaría seguridad especial a los candidatos “porque no hay riesgo de violencia política”. Pero ni la realidad lo saca de su zona de confort.
Hasta el domingo iban cinco actores políticos asesinados en la entidad, pero ayer mataron al sexto. Policarpio Ramírez Coria, ex candidato del PRI a la alcaldía de Paso de Ovejas y primo hermano del dirigente estatal de ese partido, Adolfo Ramírez Arana, fue asesinado a balazos en Cardel.
“Poli” como le decían sus amigos, acababa de salir de un restaurante y al llegar al estacionamiento fue atacado por dos hombres que estuvieron escondidos en un lote baldío.
El político recibió al menos cinco impactos de bala en lo que fue un ataque directo.
Lo anterior provocó que la Comisión Nacional de Derechos Humanos declarara “zona crítica” a Veracruz para la realización de elecciones. Pero el gobernador no lo ve así. Veracruz está en paz y en calma, repite una y otra vez.
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública e Inteligencia Militar, el 70 por ciento de los 212 municipios veracruzanos están infiltrados por la delincuencia. Pero el gobernador (que al parecer jugaba boliche a la hora que mataron a Policarpio), lo niega sistemáticamente con el terco y mentiroso argumento de que Veracruz está en paz y en calma.
El sábado anterior Yair Isaac Jiménez Martínez y Sergio Eliel Castillo Bernabe, se fotografiaron mostrando las constancias que los acreditaban como candidatos de la alianza Fuerza y Corazón por Veracruz a la diputación federal por la zona del Totonacapan, pero el domingo renunciaron “por motivos personales”.
“Aunque nadie lo dice, aquí todo mundo sabe que los bajaron de la contienda a la mala” me dijo un reportero de Papantla. Otro más se aventuró a describir la escena: “Por aquí recibieron sus constancias y por acá los mandaron llamar los malos para decirles ‘Se bajan o los bajamos’… y se bajaron”.
Las elecciones amenazan con salirse de control en un estado donde el gobierno cedió terreno a la delincuencia. Esto lo sabe el candidato a la gubernatura de la alianza opositora Pepe Yunes, que declaró que la violencia es la mayor preocupación de los veracruzanos, ya que el 80 por ciento se sienten inseguros, “y con justa razón”.
Ante un grupo de simpatizantes, Pepe planteó la necesidad de aplicar una estrategia de seguridad seria, profunda e integral, que combine la atención a las causas a través de programas sociales, con el combate a la impunidad y la implementación de nuevos modelos policiacos. Todo esto complementado con tecnología de punta.
El proyecto es excelente y si Pepe gana la gubernatura con seguridad lo llevará a cabo. Pero mientras eso sucede la delincuencia se sigue adueñando de la entidad.
Lo bueno de Yair y Sergio es que viven para contarlo, me dijo alguien y tiene razón.
Lo malo es que ni Policarpio Ramírez ni los cinco políticos asesinados antes que él, corrieron con la misma suerte.
bernardogup@hotmail.com
|