El contraste fue abrumador: derroche de recursos y acarreo brutal, contra imaginación y tecnología. La promesa de dar continuidad a “la transformación”, contra el compromiso de corregir los criminales errores -por omisión, ineficacia o mala fe- del actual gobierno estatal.
Gran concurrencia en ambos eventos, aunque para todos estaba claro que el entusiasmo no era el mismo. No puedes esperar algarabía y vítores si los obligan a asistir y a pagar sus gastos, “o pierden el trabajo”.
Muchos de los que asistieron la noche del domingo a la macroplaza, admitieron que, ya entrados en gastos, tuvieron la intención de acudir, en la madrugada de ese día, al evento de Pepe Yunes, “pero nos vigilan, toman fotografías, revisan nuestras redes sociales y si nos ven cerca de la oposición, dan por aceptada la renuncia que les firmamos en blanco a nuestra llegada”.
El derroche de los que pregonan la “austeridad republicana” fue, en realidad, lo más destacado. Pocos le dieron importancia al acuerdo emitido por el Consejo General del Organismo Público Local Electoral (OPLE) por el que se establecen los topes máximos que podrán gastar los candidatos que compiten por la gubernatura de Veracruz.
Este viernes, los consejeros determinaron que el tope gastos de campaña para la elección de gobernador es de 129 millones 621 mil 609 pesos, monto que se tendrá que gastar ¡entre los tres candidatos a gobernador!
Esto es, que a cada candidato le corresponde restringir su gasto para limitarlo a 43 millones de pesos.
Suponiendo que la candidata de Morena no fuera propietaria de los vehículos que conforman su convoy y que -como es su estilo- “sólo las renta” hasta el 2 de junio, cabe hacer mención que un buen precio –“de cuates” y porque el contrato debió ser al menos por medio año- para el alquiler de una camioneta Suburban con alto blindaje es de un millón de pesos al mes.
¿Cuántas unidades de ese tipo la acompañan? Hay quien dice que 10, o que 12 y hasta que 20. Seamos cautos. Digamos que, entre su camioneta, la “de repuesto” por si le falla la suya y las de los escoltas, sean 5 unidades de alta gama que, a razón de un millón de pesos mensual, representaría, -en total- 10 millones de pesos (pues son dos meses de campaña, no estanos contando hacia atrás).
Ya tan sólo en la “renta” de las unidades (si viajan de manera permanente en sus giras, así porten, o no, propaganda alusiva a la candidata, el INE las contabiliza. Les pedirá las facturas por la compra o renta de los vehículos y el total se sumará a los gastos) se habría gastado la cuarta parte de su tope de gastos. Nótese que no se incluyen gastos obligados, como combustible, peaje, mantenimiento, salarios y gastos de quienes viajan ahí.
Y agréguele los espectaculares, las bardas pintadas (aunque aleguen que “fueron pintadas por el pueblo” se suman).
No hay forma de que Rocío Nahle justifique tal gasto y lo mantenga por abajo del tope que estableció el OPLE.
Esa es la clave de esta contienda: el derroche, contra la imaginación; el abuso contra la prudencia; la soberbia contra la empatía.
Seguiremos con el análisis de sus propuestas.
* * *
Epílogo.
No deberíamos pasar por alto el llamado de los consejeros del OPLE a los candidatos y a los partidos políticos, para que cumplan las reglas electorales, den muestra de madurez y civilidad política, sean protagonistas de una contienda de altura, de justa competencia, de cordialidad y cortesía “y presentar propuestas constructivas para alejar la calumnia y la confrontación”. *** Marisol Alicia Delgadillo Morales, consejera presidente del OPLE, afirmó que ese organismo estará atento al desarrollo de las campañas, asegurará el apego irrestricto a los principios que rigen la función electoral y, sobre todo, garantizará que el voto que se deposite en las urnas el próximo 2 de junio “cuente, y cuente bien”. Ojalá.
filivargas@gmail.com |