Y es que luego de la enorme publicidad realizada a nivel local, nacional y hasta internacional desplegada para desprestigiar y dañar la imagen pública de los demás candidatos a gobernador de Veracruz, el número de los indecisos sigue demasiado alto, así que este sábado, Rocío, Pepe y Polo tendrán la oportunidad de aprovechar el enorme interés que ha despertado el interés por verlos debatir y llevarse la polla.
Las reiteradas preguntas van desde ¿A qué hora es el debate? ¿Dónde verlo? ¿Habrá programas de análisis del debate? ¿Quién ganará? ¿Será un debate de propuestas y confrontación de ideas? ¿Será un debate lleno de insultos y golpes bajos? ¿Saben en donde tienen planeado celebrar el triunfo cada uno de los candidatos?
En fin, el interés es desbordado y por ello se puede adelantar que cada uno de los candidatos tendrá la oportunidad de exponer sus ideas, sus propuestas y sobre todo de opinar sobre la viabilidad técnica, económica, financiera y política de las propuestas que expongan sus adversarios.
Quien así lo haga, habrá pegado en el clavo.
Y tendrán que aprovechar esa oportunidad, pues solo quedan menos de 30 días para convencer a los veracruzanos de que ser la mejor opción, toda vez que las encuestas han perdido total credibilidad por lo disparado y contradictorio en sus resultados y por otro lado las diatribas y guerra sucia que se ha promovido no es la que convencerá al electorado indeciso, sino la sinceridad, contundencia, novedad y credibilidad de sus propuestas y empatía que logren despertar entre ellos.
Es un hecho que, al momento, los simpatizantes cautivos de cada uno de los candidatos están definidos y difícilmente van a cambiar de opinión y sentido de su voto, -aunque algún candidato resbale garrafalmente, sus seguidores no cambiarán su modo de pensar- por lo que insisto, el debate deberá orientarse hacia los veracruzanos indecisos, que son los que finalmente les puede dar el triunfo en las urnas.
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Columna Figuras y figurones
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