Dicen que la instrucción llegó desde la oficina de campaña de Rocío Nahle: los subsecretarios de Gobierno y Jurídico del gobierno estatal (Yair Aldemar e Israel Roldán), así como otros funcionarios menores, debían dejar de inmediato sus cargos.
No es de extrañar que desde las mismas entrañas del gobierno estatal se admita que no es Cuitláhuac García el que lleva las riendas.
Durante cinco años las decisiones importantes de la administración estatal fueron tomadas en la Secretaría de Gobierno, donde despachaba Éric Cisneros. De hecho, su renuncia, en octubre del año pasado, se dio a pesar de que él mismo no quería dejar el cargo y su “jefe”, el gobernador, le permitía hacer proselitismo desde palacio de gobierno.
Una severa instrucción del presidente -a petición, dicen, de su “corcholata” para Veracruz- forzó su salida.
Ya cuando Cisneros se había declarado “en rebeldía” contra el proyecto de Rocío Nahle, la todavía secretaria de Energía empezaba a tomar decisiones en el equipo que, en teoría, debía comandar Cuitláhuac García.
No se movía un alfiler en el gobierno estatal si no era con la aprobación de ella. Incluso muchas decisiones que se atrevió a tomar Cuitláhuac fueron rechazadas por la zacatecana. Cuando eso sucedía -cuentan algunos testigos- el gobernador movía la cabeza, dirigía su mirada al piso y comentaba: “es que no anda de muy buen humor”.
La decisión de Rocío Nahle de ordenar la salida de estos funcionarios tiene que ver -cuentan desde el interior de su equipo de campaña- con la información que llegó hasta sus manos: en mediciones “de consumo interno” aparecía 6 puntos abajo antes del segundo debate y se anticipaba que la distancia iría creciendo.
En su calidad de “portavoz” del presidente, César Yáñez se sentó con la candidata y con “su equipo”. Les ordenó que operaran, de manera urgente, en medios de comunicación, tanto estatales como nacionales. Les conminó a “tapar los huecos” que se habían creado en la estructura estatal, sin detenerse a discutir si esos vacíos tenían su origen en la actitud soberbia y prepotente de la candidata: los que no estén comprometidos con tu proyecto, hay que removerlos de inmediato”.
En los sistemas hospitalarios tienen una tabla para medir los niveles de “emergencia” para la atención de un paciente. A la situación más leve (nivel 5) de hecho se le conoce como “no urgencia” y se aplica cuando el paciente presenta una condición clínica sin evidencia de deterioro que comprometa su estado general. El nivel 4 se conoce como “Semi-urgente” y corresponde a pacientes con condiciones que no comprometen su estado general, pero se advierten riesgos de complicación o secuelas. El nivel 3 ya es considerado como una urgencia, y es cuando los pacientes requieren un examen complementario o un tratamiento rápido.
El nivel 2 es una condición de emergencia y se aplica a pacientes cuya condición clínica puede evolucionar hacia un rápido deterioro o a su muerte.
El más alto nivel de emergencia (nivel 1) es conocido como “resucitación”. El paciente.
Haciendo un símil de la operación implementada desde Palacio Nacional para Veracruz, se trata de un Nivel 1 de emergencia. La paciente (Rocío Nahle) requiere atención inmediata y es necesario realizar maniobras de resucitación.
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Epílogo.
Este martes por la mañana fue ejecutado a tiros Claudio Marín, comisariado ejidal en la comunidad La Defensa, del municipio de Misantla. Cerca de las 7 de la mañana el comisariado, de aproximadamente 60 años, retornaba de su parcela cuando fue atacado a balazos. *** Y en Coatzacoalcos, en una escuela primaria de la colonia Primero de Mayo, fue colocada una cartulina en la que se advierte a los padres de familia que deben pagar una cuota de 20 mil pesos para evitar que sus hijos sufran “algún tipo de accidente”. *** Ante la incertidumbre, los padres de familia decidieron no llevar a sus hijos a esa escuela, mientras que las autoridades insisten en que esta es una entidad “tranquila”.
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