Pero para eso somos jarooooochos… ¡a fuerzas!
Sé porque lo vi, porque los vi, que los seguidores de Pepe tuvieron una epifanía, y el martes despertaron con una expresión muy nuestra, si me disculpan la palabra: ¡Ah cómo chingaos no! Y con ese enunciado en la mente y en la boca salieron a recuperar el ánimo, a reiniciar la alegría, a refundar la esperanza.
Y Pepe, que conoce a sus paisanos como nadie, entendió lo que le estaban pidiendo todos, así que en la misma mañana salió a declarar las palabras que resucitaron a Veracruz:
—Vamos a impugnar la elección, porque hay muchas irregularidades.
Y la alegría volvió a reinar entre nosotros, aunque sabemos que lo que nos espera será difícil y arduo.
Un vocero cárnico
Uno de esos reporterillos que compró el partido oficial difundió en sus paupérrimas redes un libelo en el que acusa de chayoteros, vendidos, calumniadores e insultantes a todos los periodistas que criticaron de alguna forma la candidatura de la ingeniera Rocío Nahle. Ese plumífero infame que, como su mecenas, no sabe escribir dos palabras bien, se lanzó a denostar a los medios más importantes de Veracruz, a los periodistas más reconocidos y a todos los que cupieron en su larga lista de la ignominia.
Pero, además, el tinterillo se atrevió a amenazar a todos ellos de que no podrán trabajar en ni con el Gobierno de Veracruz, y poco le faltó para exiliarnos del estado en el que nacimos.
Muchos esperamos que la candidata que está contendiendo llame al orden a ese perro rabioso, o a quien lo cuchilea, porque ya está poniendo en sospecha a su Gobierno que aún no ha sido declarado oficialmente como tal.
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