En la actualidad cuando la mayoría de la población se está amarrando el cinturón y ha hecho a un lado las compras suntuosas, los impartidores de la justicia sobretodo federal derrochan recursos provenientes del erario público.
Para que usted se acabe de enojar, resulta que no sólo son los sueldos de los ministros es lo que ha causado revuelo e indignación en parte de la población, también el nepotismo que impera en el Poder Judicial (PJ), familias completas trabajan en esta institución, evidenciando el tráfico de influencias, los gastos que se cargan al erario, y hasta el estilo de vida lleno de lujos de algunos de sus integrantes.
Además, cuentan con prerrogativas como seguro médico particular, camionetas blindadas, automóviles nuevos, guardaespaldas, viajes en helicópteros o aviones privados, comidas y vinos caros.
Cuando los jefes de familia sufren para mandar a impermeabilizar sus casas en este temporada de lluvias, les platico el mantenimiento de lujosas mansiones de jueces y magistrados es un gasto más que se carga al erario. En tres años, el Consejo de la Judicatura Federal (CJF) ha retirado 49 millones de pesos de un fideicomiso para este fin, revela información disponible en transparencia, pese a los elevados salarios que reciben los juzgadores.
Por supuesto que la corrupción genera impunidad y son problemas que afectan la correcta administración e impartición de justicia. Éste es uno de los motivos por lo que el Estado de Derecho se encuentra en una profunda crisis en México.
Entre la población es común escuchar el refrán popular “con dinero baila el perro,” “¿el que no transa no avanza?” Esas frases que han permeado todas las esferas de la sociedad mexicana y que se han convertido en nuestra forma y sistema de vida. El objetivo de éste artículo es informar acerca del problema que representa la impunidad y la corrupción para la procuración e impartición de justicia en México, así como también, instarlos o exhortar al público a que se involucre en dichos temas, y convencerlos de que es un trabajo en el que todos debemos participar.
La Ley y la justicia se inclinan hacia quien da más, lamentablemente, por ello urge que se establezcan candados que eviten actos de corrupción. |