Fallas en la captura del cómputo final, boletas de más en cientos de casillas
El magistrado electoral Enrique Figueroa Ávila perdió su oportunidad de hacer historia y no tuvo 'los tamaños" de completar el trabajo para hacer justicia en el caso de la elección por la Diputación Federal en Xalapa.
Este fin de semana el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, por medio de su Sala Regional con sede en Xalapa, resolvió el juicio de inconformidad por la elección de la Diputación Federal y aunque le reconoció más votos a Américo Zúñiga, aún no le reconocieron su victoria sobre Morena. En pocas palabras: el magistrado Figueroa no se atrevió a hacer historia.
La tenía... Era suya... Y la dejó ir... Así diría el connotado comentarista deportivo Enrique Bermúdez de la Serna, si estuviera narrando este episodio de la vida política de Xalapa y tuviera que referirse a Figueroa.
La tenía, simplemente porque ante el cúmulo de arbitrariedades cometidas en cientos de casillas el día de las votaciones, era fácil para el magistrado ocupar dichas inconsistencias para hacer valer la justicia electoral.
Era suya, porque le tocó ser el magistrado ponente en este juicio de inconformidad que promovió Américo Zúñiga Martínez, dónde acusó cualquier cantidad de barbaridades, excesos y flagrantes violaciones a la legalidad y ética electoral.
Y la dejó ir, porque pudiendo pasar a la historia por limpiar una de las más sucias jornadas electorales de la que se tenga memoria en Xalapa, simplemente le tembló la mano y no se atrevió a limpiar integralmente esta elección para la Diputación Federal en el distrito 10, correspondiente a la capital del estado.
Fallas en la captura del cómputo final, integración ilegal de funcionarios de casilla y boletas de más en cientos de casillas, fueron señalados fehacientemente en el juicio de inconformidad y fueron ratificados en los alegatos presentados por la parte actora.
Figueroa tenía un caso fácil de juzgar, ya que solamente había que aplicar los mismos criterios que ha utilizado en otros distritos que ha juzgado en estos mismos días. Pero tal parece que le habrían dado la orden de no irse a fondo en el caso Xalapa.
Porque fíjense que el magistrado Figueroa, cuando calificó otros distritos de la Tercera Circunscripción, no le dio frío anular casillas y, en Xalapa, aunque presentaban la misma inconsistencia que las que anuló en otros distritos, no se atrevió a usar la misma vara.
Eso hace que la versión que corrió acerca de que la Sala Regional estaba copada y servía solamente a los intereses de Morena, cobra cuerpo y se evidencia con la falta de talante, ética y compromiso con el buen juicio mostrado por Figueroa.
Sin embargo, el magistrado Figueroa Ávila si aplicó la corrección del cómputo en 8 casillas, solamente en 8 y no aplicó la misma lógica en otras 12 casillas que tienen la misma equivocación. ¿Por qué no lo hizo en las otras 12 que presentan el mismo error?, pues simple: porque si corregían esas 12 habrían tenido que reconocer el triunfo de Américo y revertir la constancia otorgada a Ana Miriam Ferráez.
Tampoco aplicó ninguna medida en las casillas donde aparecieron boletas de más o de menos, cuando es una falta sumamente grave y atenta contra la legalidad electoral.
Pero enfoquemos solamente el tema de las correcciones aritméticas por errores en la captura del cómputo final. Esta fue sin duda, una de las causales más comentadas en el caso de la Diputación Federal en Xalapa, y es que en el juicio acusan que el "error humano" deja de serlo cuando se detecta que sistemáticamente aparece el mismo error, pero a favor de Morena y sus aliados o en contra del PRI y sus coaligados, en al menos una veintena de casillas, donde las constancias de recuento de votos tenían unas cifras y el cómputo final arrojaba otro. Eso, aquí y en China, se llama dolo. Y actuaron con dolo al violar la legalidad de la información contenida en las constancias de recuento de votos.
Eso, ya fue... Ahora será la Sala Superior del TEPJF, en la Ciudad de México, la que tendrá todo en sus manos. Ellos tendrán la oportunidad de hacer historia en Xalapa y limpiar el resultado electoral.
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