Pero no solo los trabajadores se armaron de valor. La noche de este mismo lunes, tras una consulta a personas juzgadoras del Poder Judicial de la Federación, se resolvió que jueces y magistrados de todo el país también se van a paro de labores a partir del primer minuto del miércoles 21 de agosto.
La Asociación Nacional de Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación (Jufed), convocante a esta consulta, dio a conocer que de mil 403 juzgadores, mil 202 votaron en favor del paro y 201 en contra, por lo cual, y a pesar de las amenazas, el paro va.
¿Eso va a detener a los trogloditas que en unos días van a aprobar el dictamen de la iniciativa de reforma judicial y a los que, en la próxima Legislatura federal, la mayoritearán al más puro estilo priista de los años 60 o 70? Difícilmente. Han hecho oídos sordos a cualquier argumento, por más fundamentos que éste tuviese. Los foros celebrados en varias ciudades del país no fueron más que una burda simulación y una pérdida de tiempo, pues no escucharon a nadie, más que a sí mismos y sus falaces consignas.
Y es que lo principal aquí es que ésta y prácticamente todas las reformas con las que el obradorato busca destruir 30 años de transición a la democracia –la cual, aunque no les gusta que se les mencionen, ayudaron a construir, pero ahora les estorba- no son para mejorar nada.
La reforma judicial no busca acabar con la corrupción –real, existente, palpable- en el sistema de justicia del país. Si ésa fuera realmente su intención, lo que habrían propuesto modificar de fondo sería a las fiscalías, federal y estatales, que son un agujero negro de corrupción, mediocridad e ineptitud, y por eso es que sus casos se caen, ya que prácticamente los sostienen con “salivita”. Y habrían buscado darle verdadera autonomía a los tribunales locales, que están totalmente sometidos a los gobiernos estatales.
Pero lo que quieren es precisamente eso, un Poder Judicial federal sometido. Y qué mejor que con jueces, magistrados y ministros “elegidos” por el “pueblo”. O sea, por masas que son manejadas con programas clientelares y a las que si un candidato a diputado les importa un comino, ¡imagine un candidato a juez!
Si la decisión está tomada, como parece estarlo, ¿por qué manifestarse, por qué oponer resistencia, por qué presionar a un régimen autoritario, con el riesgo de la muy posible represalia?
La Jufed lo sintetizó en su comunicado de este lunes por la noche. “Esta decisión es de vital trascendencia en la defensa de la autonomía del Poder Judicial de la Federación, pilar de nuestro sistema democrático y por ello hoy, personas trabajadoras y juzgadoras hemos decidido defender en unidad la República, la independencia judicial y la división de poderes para garantizar el futuro de generaciones venideras”.
Están en juego los derechos, las libertades y la democracia del país. Ésa misma con la que llegaron al poder y que hoy quieren destrozar, porque en el fondo siempre quisieron ser y vivir como ésos a los que decían odiar.
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