Pusieron en marcha la aplanadora en el congreso federal y, así, Morena y aliados, por mero protocolo, aprobaron la reforma al Poder Judicial del Presidente López Obrador. San Lázaro será una aduana de trámite para lo que emane de Palacio Nacional.
En el Senado será cuestión de tiempo para que el partido oficial se allegue la curul que le falta y convertirse, de esa manera, en un reducto más que dé luz verde a los envíos del gobierno federal.
Todo indica que las negociaciones están bastante avanzadas para que sea una o un priísta el que ceda y se una al morenismo. Ya dieron la orden para investigar a cada uno de ellos y poder negociar, aunque no tocarán (por el momento), al que más cola tiene que le pisen: Alejandro Moreno.
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