El primero en mencionarlo fue el analista Ricardo Raphael, en su colaboración del 9 de septiembre: “Hay un acuerdo más que tiene muy enojada a la gobernadora electa Rocío Nahle: en la misma reunión, Adán Augusto se comprometió a respetar el dominio político de la familia Yunes sobre los municipios de Veracruz y Boca del Río, donde el PVEM serviría como vehículo para promover las futuras candidaturas políticas propuestas por el clan”.
Luego de que se concretara la traición por parte de la familia Yunes (la de El Estero) en el Senado de la República y tras el anuncio del dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, de que expulsarían a padre e hijo, surgieron las versiones sobre una probable incorporación de los senadores de la primera minoría en Veracruz (Miguel Ángel Yunes Márquez, propietario, y su padre, Miguel Ángel Yunes Linares, suplente) a las filas de Morena.
De inmediato reaccionó en Veracruz la gobernadora electa y advirtió en sus redes sociales que -al menos en Veracruz- “Morena se reserva el derecho de admisión”, un mensaje dirigido a los “operadores” de la Ciudad de México, de que en esta entidad no se aceptaría un pacto con la familia Yunes (la de El Estero) que tantos problemas le generaron a la exsecretaria de Energía durante la campaña.
Pero las noticias desde la capital del país son cada vez más preocupantes para los “morenos” de Veracruz. El presidente de la mesa directiva del Senado, Gerardo Fernández Noroña, dio como un hecho que, si los Yunes aceptan sumarse a la cuarta transformación, no habría problemas para recibirlos en Morena: (“podría integrarse a nuestra fracción, porque además hay que darle cobijo. Ni modo que lo echemos a los leones después de que la oposición se subiera por las paredes. Él ha tomado una decisión en un momento clave muy importante”).
Para colmo, Miguel Ángel Yunes Márquez publicó en sus redes sociales una fotografía suya, en la que aparece acompañado de la presidente electa de México, Claudia Sheinbaum, y del coordinador de los senadores de Morena, Adán Augusto López. Su texto fue:
“Me reuní con la Doctora Claudia Sheinbaum para desearle mucho éxito en su gestión como primera Presidenta de México. Aprecio mucho la participación del Senador Adán Augusto López Hernández, Presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República”.
Los nervios están a flor de piel en territorio veracruzano y por eso fue comisionado el dirigente estatal de Morena, Esteban Ramírez Zepeta, a repetir el mensaje enviado días antes por la gobernadora electa.
Ramírez Zepeta le “exigió” (como si estuviera en su jerarquía hacer ese tipo de exigencias) a Gerardo Fernández Noroña que deje de hacer negociaciones con el clan Yunes.
“Nosotros en Veracruz lo decimos claro y fuerte: aquí nos reservamos el derecho de admisión para ciertos personajes que no representan ni coinciden con los postulados del movimiento ni sus principios. Entonces, si el compañero Noroña, Monreal o algún otro legislador quiere invitar a (esos) personajes a sus reuniones, que lo hagan a título personal o como cabildeo”.
Las vueltas que da la vida. Hoy la decisión de que los Yunes (los de El Estero) se sumen a la llamada cuarta transformación, es de ellos mismos, pues la invitación ya fue hecha.
Y a propósito de negociaciones, desde el momento en el que se aprobó la reforma al Poder Judicial, hasta la fecha, nadie ha dicho nada del “horrible” edificio construido en el centro del puerto de Veracruz, ese que -asegura el presidente López Obrador- es de los Yunes (los de El Estero).
Tampoco se habla de las órdenes de aprehensión contra los miembros de esa familia. Miguel Ángel Yunes Márquez, es cierto, goza del fuero que le otorga su cargo como senador, pero ni su padre, ni su hermano Fernando, poseen esa inmunidad.
Si esos acuerdos (archivar los expedientes en su contra) se están cumpliendo, ¿por qué no habría de suceder lo mismo con el blindaje político que habrían negociado para Veracruz y Boca del Río?
En las negociaciones políticas, dicen, nadie gana todo y nadie pierde todo. Siempre se tiene que ceder en algunos temas y eso parece haber sucedido en la compra del voto para la reforma judicial.
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Epílogo.
Como lo anticipó, el próximo domingo será la última visita que hará López Obrador a Veracruz con la investidura de presidente. *** “Voy a Veracruz, porque en el puerto vamos a inaugurar dos edificios históricos: la casa en donde vivió en Veracruz el presidente Juárez y el sitio en donde se expidieron las Leyes de Reforma. Son dos lugares históricos y no había nada sobre las Leyes de Reforma”, dijo. *** Será también la última oportunidad que tendrá el gobernador Cuitláhuac García para rogar por un “cargo digno” en el gabinete federal, toda vez que lo que le ha ofrecido Claudia Sheinbaum “nomás no le llena el ojo”. *** Le apuesta a convencer al aún presidente para que le recuerde a su sucesora que debe darle una posición “de buen nivel” los cuales -por cierto- ya se están acabando.
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