La continuidad, que significa profundizar en lo que dan en llamar la revolución de las conciencias, el segundo piso y la verdad única del pueblo bueno, sigue adelante en la ruta trazada, sin ningún desvío. El formato es claro y quien con ellos esté será patriota, venga de la cloaca que venga, y quien se oponga será un traidor a la patria y estará sujeto a cualquier escarnio posible.
Lo ocurrido con la tómbola realizada en la puesta en marcha del proceso de la elección de jueces y magistrados del primer domingo de junio del 2025, mostró descarnadamente la visión del poder que se asume desde el desdén, el desprecio, y la soberbia de los fieles convencidos o convenencieros que sostienen el clavo para el cajón que guarda los restos de una república democrática impulsada y construida por millones.
La apuesta actual es un modelo autoritario que no tiene que “padecer” los “vicios” democráticos y las incomodidades de los contrapesos, tampoco es menester reconocer y convivir con a la oposición bajo principios de tolerancia y acuerdo, pues aunque no son pocos, son considerados minorías que pueden ser ignoradas.
“De aquí a la lotería” dice un cínico y sonriente presidente del senado que saluda con beneplácito el “rompimiento” de los privilegios, de esos que él hace gala un día sí y otro también pero que, acobardado por su pregón hipócritamente justiciero, no atisba siquiera a poner en ningún momento la idea de la autocrítica. El revolucionario, porque así se asume, vocifera la continuidad fanática de la subordinación al caudillo porque con ello asegura precisamente lo que en otros demoniza, los privilegios que lo hacen viajar al centro del imperio en VIP.
El avance de la tala democrática, va dejando en manos de un grupo autoritario los destinos del país, porque según dicen, en su escudo se refleja la voluntad del pueblo que les aplaude, y que les ha dotado de los poderes para hacer lo que les venga en gana, usufructuando para su beneficio la representación popular y con ello decir que están del lado correcto de la historia.
En esta farsa democrática, abundan los engaños impulsados en las imágenes y los dichos de quienes destruyen a un poder de la república para capturarlo y entregarlo, a más tardar en diciembre, dice el jurisconsulto y cantante venido a menos Monreal, al fantasma que deambula desde lejanas tierras del sur pero que ha hablado y tomado decisiones más allá de su presencia física. Y lo que falta.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
Ahora, como en los viejos tiempos, el Poder Legislativo Federal convertido en oficialía de partes del Ejecutivo. Vergonzoso.
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