BAJO un diverso panorama político, Veracruz, inició ayer un nuevo gobierno. La nueva administración estatal, estará a cargo de Norma Rocío Nahle García, en su calidad de gobernadora constitucional, la primera mujer que llega a presidir el poder ejecutivo estatal, y eso, de alguna manera, significa un cambio radical en el poder político de la entidad. Con ella, se renuevan esperanzas políticas de que esta vez les irá mejor a todos los veracruzanos, porque hay de por medio una nueva mística de responsabilidad en el quehacer público.

Ya lo ha dicho Ricardo Ahued Bardahuill, secretario general de gobierno, en el sentido de que Nahle García, no gobernará con vaciladas, lo que quiere decir, que primero y, ante todo, habrá seriedad para conducir los destinos políticos y administrativos de la entidad veracruzana. Se requiere, pues, como mucho se ha comentado, que esta decisión gubernamental sea el principio de una buena relación entre gobierno y gobernados.

Las expectativas de que viene lo mejor, son, hasta este momento muy altas, tanto que la opinión pública ha calificado al nuevo gobierno como la nueva era en el rumbo que tiene que seguir Veracruz. Del pasado ya nadie se acuerda, salvo por todos aquellos errores cometidos y que ahora serán una de las principales responsabilidades de la gobernadora Nahle García, tratar de recomponer todo aquello que se hizo mal, es decir, casi todo. De alguna manera, la gobernadora tiene esa responsabilidad, porque se trata de su partido, de su proyecto político y de los principios de la cuarta transformación, que deben ser resguardados. Los nuevos actores políticos de Veracruz, tienen la confianza que el pueblo veracruzano ha depositado en ellos, lo que, necesariamente obliga a todos a dar exacto cumplimiento a los compromisos contraídos.

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¿PORQUÉ VINO LA PRESIDENTA?

LA PRESIDENTA DE MÉXICO, vino, ante todo para respaldar a la primera mujer que gobernará el Estado de Veracruz, un hecho que, sin duda, es histórico para la entidad veracruzana y desde luego, para los propios habitantes de este Estado. Vino también la mandataria federal, porque hay buen entendimiento entre dos mujeres que presiden estos gobiernos, nacional y estatal y, acaso también vino, porque quería observar de cerca, cuál es el panorama político que le espera a la gobernadora en turno, después de tantas quejas e inconformidades que se dieron en torno al que se fue, innombrable, por cierto.

Claudia Sheinbaum, está plenamente consciente de que no todos los militantes de su partido, son bien queridos, sobre todo, aceptados. Eso, para la presidenta es importante, porque trata de que su partido mantenga el poder y la confianza popular. El caso del innombrable, es una pena para ellos mismos como morenistas y un serio descalabro político, porque en el futuro, es a ella a quien le tocará tomar decisiones importantes en materia electoral y necesita que haya, por lo menos, la confianza necesaria del pueblo veracruzano.

En el gobierno es gobernar y administrar, pero también mantener el poder político, necesario para, en su caso, consolidar los proyectos políticos que tiene.

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LAS ACCIONES DE GOBIERNO

NO HAY DUDA de que la gobernadora Norma Rocío Nahle García, tiene que comenzar por lo más prioritario. Antes que nada, tratar de reducir los altos índices de violencia en Veracruz, con acciones que pongan de por medio su plena voluntad política de resolverlos cuanto antes. Se sabe que la delincuencia ha tomado por asalto las principales regiones del Estado. La gente quiere seguridad para poder trabajar y producir en medio de un escenario de tranquilidad.

Al mismo tiempo, reconstruir los caminos y carreteras, parte esencial de la seguridad en estos momentos, porque son parte del panorama violento de la entidad. Luego, la reconformación de los cuerpos policiacos, donde la corrupción carcomió hasta sus propias bases.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.