TODAVÍA no se anuncia oficialmente, pero se tiene entendido que dentro del presupuesto federal recientemente aprobado ya se incluye el veinticinco por ciento de aumento a las pensiones del bienestar, programas sociales que reciben más de quince millones de personas adultas y que representan, junto con las pensiones a los trabajadores de las demás instituciones sociales como el seguro social y el issste, una buena parte del ejercicio presupuestal que, supuestamente, alcanza el veintitrés por ciento o más, lo que significa que cada día se estira más la liga con el consiguiente resultado de que un día cualquiera termine por reventarse.
Efectivamente, el gobierno de la cuarta transformación incrementó las cantidades a repartir dentro de los programas sociales con la firme intención, más que nada, de asegurar los votos suficientes para poder ganar las elecciones en todo el tiempo que sea necesario, pero hasta donde se sabe, el gobierno federal ya no tiene suficientes recursos para poder sostener estos programas y se teme que dentro de poco se tengan que detener, cuando menos, los incrementos anuales y esto terminará por generar la inconformidad entre quienes ya se están acostumbrando a recibir estos recursos bimestralmente.
Para quienes gustan de analizar esta circunstancia, aseguran que la cuarta transformación no consideró esta situación en afán de mantener el voto popular, tanto de los beneficiados directamente como de los que dependen en gran parte de ellos. Dicen, por lo tanto, que estos programas sociales terminarán por volverse una carga difícil de llevar y que tan solo por ello ya pueden considerarse balazos en el pie de quien o quienes tienen esta responsabilidad ante el pueblo mexicano.
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EL CAMPO SE CAYÓ EN EL PAÍS
EL ESCASO APOYO que se les da a los agricultores mexicanos, aunado a las difíciles condiciones económicas que persisten en todo el país, más los efectos de la violencia que impera en todo el territorio nacional, ha generado, sin duda alguna, el desplome de la producción y consecuentemente de la economía nacional. Si a todo esto, también se puede considerar el otorgamiento de recursos bimestrales a los adultos mayores que viven en el campo y becas a jóvenes que no trabajan ni estudian, terminan por generar una difícil situación en el campo mexicano. Gran parte del sector campesino se ha tenido que conformar con dádivas, entre el cual se encuentran gran cantidad de jóvenes que antes eran productivos, hoy en día ya no miran al campo como una posibilidad de subsistencia, por lo que esperan que cada bimestre, reciban sus pensiones los adultos, pues una buena parte de ellos viven precisamente de lo que obtienen sus padres o sus abuelos, sin que se preocupen por hacer producir la tierra.
Volver a los tiempos de antes será una gran tarea de las nuevas generaciones que ya no se atengan a lo que reciben de los programas sociales, pues éstos son producto de una política popular donde se busca que los pobres lo sean más para que puedan ser manipulados al gusto de quien mande y tenga el poder. Este no es un error exclusivo de la cuarta transformación, sino también de otros gobiernos que el país ha tenido y que buscaban sostenerse en el poder a través de del apoyo popular.
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AHUED, COMO PEZ EN EL AGUA
CON LA ENORME experiencia política obtenida a través del quehacer público realizado durante muchos años, Ricardo Ahued Bardahuill, hoy en su labor de secretario general de gobierno de la nueva administración estatal, está logrando resultados positivos en el manejo de la política interna del gobierno. Viene de ser considerado el mejor alcalde de México, por su reciente administración en el municipio de Xalapa, por lo que, ahora más que nunca, tiene ante sí el reto de aplicar lo que ha aprendido en el arte de gobernar, por lo que, en su nueva responsabilidad tiene que demostrarlo, más cuando no han faltado quienes ya le tengan puesto el ojo como posible candidato a la gubernatura en el dos mil treinta.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede. |
