Alguna fijación tiene la gobernadora Rocío Nahle con las “camionetitas”. Habría que revisar si acaso es negocio de alguien cercano a ella.
El caso es que, así como prometió que resolverá el problema de abasto de medicinas (movilizando “camionetitas” que repartirían los insumos necesarios a toda la entidad) así mismo pretende frenar la propagación del gusano barrenador de ganado.
Rocío Nahle estuvo este jueves en el Paralelo 18, en los límites con Tabasco, donde se localiza el punto de inspección zoosanitaria más importante del estado. Se hizo acompañar del titular de Sedarpa, Rodrigo Calderón Salas; del representante de Senasica, Javier Romero Argüello; del subsecretario de Ganadería, Carlos Jiménez Díaz, así como de los alcaldes de Agua Dulce, Noé Castillo Olvera, y de Las Choapas, Mariela Hernández García.
Curiosamente no se dejó ver su “asesor personal” en materia de ganadería, su esposo José Luis Peña.
Ahí subió un video a sus redes sociales para anunciar que implementaría un sistema de siete “camionetitas” que funcionarían como unidades móviles de inspección que se encargarán de recorrer los caminos rurales y las brechas en el sur del estado, por donde -asegura- introducen ganado sin supervisión, evadiendo los puntos fijos de inspección.
“Estamos coadyuvando con el gobierno de México en esta labor. Hoy arrancamos con siete camionetas que resguardarán los perímetros ganaderos en colindancia con Tabasco, Oaxaca y Chiapas”, anunció.
No dio, sin embargo, una explicación sobre el retraso en la aplicación de esta medida. El primer caso positivo para gusano barrenador se dio en noviembre del 2024 y apenas ahora -ocho meses después- es cuando el gobierno estatal parece tomar en serio (falta que las “camionetitas” de verdad sellen los porosos filtros sanitarios en el sur del estado) la presencia de una plaga que provocó ya el cierre de las fronteras con Estados Unidos y millonarias pérdidas -en dólares- de los productores pecuarios del país.
Tampoco se habló de las denuncias de productores pecuarios del estado, sobre presuntos actos de corrupción por parte de los inspectores asignados a aquella zona por parte de la Subsecretaría de Ganadería (sí, la que encabeza “El Potrillo” Carlos Jiménez) y las versiones de que el “moche” que exigen para dejar pasar las jaulas con ganado sin pasar por la inspección son exigencias de las oficinas centrales en Xalapa.
Nada se habla, tampoco, de alguna labor de coordinación con las fuerzas policiales del estado y las federales, para detener unidades que transporten ganado y no acaten la orden de las “camionetitas” de detenerse para una verificación.
Quizá todo eso esté contemplado y no se informó en el improvisado video que subió la gobernadora a sus redes sociales. Lo único cierto es que -por fin- el gobierno estatal parece estar tomando en serio esta crisis sanitaria.
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Epílogo.
Aquí se anticipó: a Zenyazen Escobar se le hizo fácil sacudir el avispero y ahora, o responde, o se declara derrotado. *** Desde prisión, Javier Duarte se metió con sus preferencias sexuales, lo tachó de ratero y de tonto. La guerra en redes habrá de seguir, con la diferencia de que el exgobernador tiene todo el tiempo del mundo y una coraza con la que repele cualquier crítica de sus enemigos. *** Lo único que habrán de lograr es que se sigan exhibiendo sus “trapitos” y alimenten el morbo de los veracruzanos. Alguien tendría que aconsejar al legislador que se retire cuando la batalla todavía no sube de tono. *** ¿Y si quitamos las bancas que quedaron bloqueadas por los palcos? Así de fácil, así de simple la solución para las marranadas que se hicieron en el estadio Luis “Pirata” Fuentes, esa obra en la que -confesó Zenyazen Escobar- fue cómplice con José Luis Lima (Sefiplan) y Ricardo García (Espacios Educativos). *** ¿Castigar a los culpables de ese millonario mamotreto? ¡Jamás! Nadie cuestiona una obra de la cuarta transformación.
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