Todos los días encabeza mesas de seguridad, impulsa operativos en las zonas más vulnerables, coordina acciones entre fuerzas estatales y federales, y da seguimiento puntual a cada hecho que sacude a la sociedad. No desde la comodidad del escritorio, sino desde el territorio.
¿Y los resultados? Están a la vista. Ya hay detenidos, se han capturado objetivos prioritarios, se han dictado sentencias a presuntos responsables de alto impacto. Se han asegurado armas, vehículos y, más importante aún, se ha reforzado la presencia de las fuerzas del orden donde más se necesita.
Nada de esto es casualidad. No es reacción improvisada ni control de daños. Es una política de seguridad que se construye con visión de Estado. Con firmeza. Y sin simulaciones.
Porque en Veracruz no se ocultan los hechos ni se maquillan cifras. Aquí se actúa. Se responde. Y cada caso se convierte en oportunidad para revisar, ajustar y fortalecer.
El mensaje es claro: el Estado está presente. No se dobla. No se calla. No permite que la delincuencia se sienta por encima de la ley.
Hoy, más que nunca, se necesita conducción firme. Y Veracruz la tiene. Se gobierna con rumbo, con autoridad y con la convicción de que la justicia no se promete: se ejerce.
@IvanKalderon |