Tal como lo advierte nuestro compañero Víctor Murguía Velasco en su leída Columna de comentario político, a la gobernadora Rocío Nahle García no le tocó ni la luna de miel, cuando debiera de estar disfrutando de esa etapa inicial de su administración, ya dedica buena parte de su tiempo a espantar los zopilotes que se juntaron para planear como suceder en el cargo a la de Zacatecas.
En buena parte eso se debe a su carácter impulsivo, a su proclividad a escuchar todo lo que le susurran al oído en cuanto a grillas o chismes, y a que su arribo al poder en Veracruz fue tan repentino que no le dieron tiempo de conocer la geografía política veracruzana, la manera de ser de los habitantes de este bendito estado, lo que se denomina coloquialmente la idiosincrasia, y cayó en las redes de los más tramposos, los más mañosos, los más malandros, los más mentirosos, los más corruptos y los más ladinos.
Debo confesar que uno de ellos, días antes de que comenzara el gobierno de la señora Rocío Nahle, me habló por teléfono. Con esa persona había tenido una o dos pláticas porque vendió sus servicios como “jefe de prensa” de priistas con quienes tiene una excelente amistad. Supe que andaba en la campaña de la candidata de Morena y no me resultó nada raro que me llamara para “hablar conmigo”, que no soy nada mas que un orgulloso reportero.
El “amigo” se presentó en mi casa, lo invité a pasar, le ofrecí un café o un refresco y no aceptó nada. Haciéndose el perturbado me dijo: “La señora está muy molesta con ustedes, no quiere tener ninguna relación con nadie, todos -como tú- que se dedicaron a atacarla están fuera, ¡claro!, tu eres mi amigo y hablaré por ti, pero la cosa está muy, pero muy cabrona. Va a estar muy difícil convencerla, claro dada mi cercanía con ella y más con su esposo, mi cuate, trataré de librarte, tú me has hecho infinidad de favores y eso cuenta mucho”.
Fue una muy desagradable plática con alguien a quien apenas conozco quien llegó hasta mi casa, entró y me amenazó: la señora está muy molesta con ustedes. Dijo el hoy acaudalado “periodista asesor”.
Les comparto lo anterior porque creo que forma parte de lo que políticamente está pasando en Veracruz, si hay zopiloteo es porque alguien lo promueve. No es casual que la gobernadora haya aparecido por segunda ocasión en el último lugar de eficiencia o aceptación de la encuesta nacional de gobernadores de Morena, encuesta publicada en el medio propiedad del gobierno federal, de AMLO, LA JORNADA. En estos manipulados resultados hay interesados en desbarrancarla, sin duda, y se trata de políticos interesados en la gubernatura de Veracruz.
¿A quiénes ven los morenistas como sucesores naturales de Rocío Nahle?, bueno son varios, en primer lugar al Senador de la República Manuel Huerta Ladrón de Guevara, al ahijado consentido del jefe del cartel de La Barredora, Adán Augusto López, el minatitleco Sergio Gutiérrez Luna, un político con mucha semejanza con Fidel Herrera Beltrán; mañoso, tramposo, mentiroso, muy ambicioso y ladino, por cierto con una idea clara y real sobre la importancia que tienen los medios de comunicación en la vida política.
Otros dos bien correteados en esto de la grilla veracruzana que aspiran son; el Senador de la República Zenyazen Escobar y el ex Secretario de Gobierno con Cuitláhuac García, Eric Patrocinio Cisneros Burgos.
El que debiera ser natural para esta encomienda, el Secretario de Gobierno Ricardo Ahued Bardahuil, al parecer, por lo que vemos, ya se echó para atrás, no quiere saber nada sobre la vida de los narcopolíticos y ve un mejor futuro en la restauración de bienes históricos.
En la oposición, que los morenos piensan que no existe, hay cuando menos cuatro cartas de gran valor que no asoman la cabeza por mesura, pero que tras la elección del 27 saldrán corriendo en busca de confirmar en las urnas sus enormes capitales políticos, los que siguen engrosando gracias a los errores de la 4T.
La tremenda Corte de los pueblos originarios
Pues la Suprema Corte de Justicia de la Nación pasó a ser la tremenda Corte versión tenochca, luego del performance armado en el zócalo capitalino, evocando las mismas acciones que realizaron en su momento López Obrador y Claudia Sheinbaum.
Apenas un puñado de curiosos y amanuenses fueron testigos de la entrega de bastones de mando y servicio de pueblos indígenas y afromexicanos del país a los ministros electos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). El acto, supuestamente cargado de simbolismo, se desarrolló con música tradicional, humo de copal y un ambiente de falsa solemnidad.
A todos los ministros les importa un carajo los derechos de los pueblos indígenas. Los tiene sin cuidado la reivindicación de añejas demandas sobre el desplazamiento de los pueblos originales. No les importa cuántos se encuentran presos por delitos de pobreza, cuantos porque nunca tuvieron un intérprete.
Muchos de los actuales ministros ya lo fueron en el pasado. Nunca hicieron nada por los pueblos indígenas, salvo mostrarlos como trofeos de su propia aspiración personal.
Hugo Aguilar, próximo ministro presidente de la SCJN, al igual que lo hizo ayer la presidenta Sheinbaum, inclinó la cabeza ante López Obrador y su herencia.
“Hace apenas un año era inimaginable que su servidor como indígena, gente del pueblo, a pesar de los estudios, del trabajo y los méritos, era inimaginable que estuviera hoy en día hablándoles en el cargo de ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Darle poder al pueblo libera al pueblo, empodera al pueblo y nos coloca en la posibilidad de encabezar sus más grandes anhelos: el anhelo de justicia que se necesita en los rincones de nuestra patria. Es sin duda un paso enorme en nuestro país”, dijo.
Porque Hugo Aguilar sabe que no le han dado poder al pueblo; que no hay un pueblo liberado, sino una clase política opositora sometida. Que su tarea no será construir un país “donde la ley es la ley”, sino un poder judicial que simule justicia tras el muro de la impunidad de la que gozan los más encumbrados morenistas.
Porque ni a la Suprema Corte ni al poder judicial llegó la gente del pueblo. Tampoco llegaron los más preparados o con mayor experiencia. Menos estarán ahí los más honestos. Han llegado los que fueron elegidos para garantizar el empoderamiento de una transformación que ya mostró sus excesos.
Así que cuando médicos tradicionales indígenas realizaron una ceremonia de «purificación» a los nuevos ministros de la Suprema Corte de Justicia, donde además les entregaron bastones de mando, todo se trató de un trillado performance del morenismo tardío.
“Nosotros somos los ministros y las ministras del pueblo, somos los ministros y las ministras del pueblo porque hemos cumplido y estamos aquí por mandato del artículo treinta y nueve de la constitución federal”, dijo Aguilar.
No señor presidente, ustedes son los ministros del acordeón.
REFLEXIÓN
Ante los grandes y constantes errores que comete la 4T, que no es partido político o al menos carece de ese comportamiento, la oposicón de entusiasma y se alista para participar en las elecciones del 2027 para arrebatar mayoría en el Congreso a los morenos. Escríbanos a mrossete@yahoo.com.mx | formatosiete@gmail.com |